globalización
Las relaciones armoniosas y de cooperación entre los principales actores internacionales –Estados, organismos intergubernamentales, empresas, ong– y dificulta la concertación sobre los bienes públicos globales. Estos cambios en las relaciones de poder evidencian profundas desconfianzas. La alta interdependencia global y regional complejiza todavía más el escenario actual, cuyacaracterística predominante es la incertidumbre.
La interdependencia es la norma de la globalización. Las amenazas y los riesgos también se han transnacionalizado. Por este motivo, se requieren nuevos mapas conceptuales que permitan comprender los diferentes tránsitos hacia la nueva era de un mundo postoccidental. Las visiones, perspectivas y valores emergentes se articulan entre sí demanera diferente a las formas democráticas de Occidente. El sistema global se mueve hacia un esquema posthegemónico. Las estructuras de poder bipolar y unipolar llegaron a su fin. En su lugar se desarrolla un sistema multipolar en el que aún no han decantado las relaciones de poder entre los nuevos y los viejos actores. La difusión del poder es una pauta recurrente. En consecuencia, existe una débilestructura institucional planetaria y regional.
La actual crisis financiera-económica mundial generó cambios adicionales en el sistema global que todavía están en desarrollo. Los nacionalismos, los secesionismos y la polarización cobran cada vez más importancia. Originada en 2008 en el Norte desarrollado del mundo, la crisis es hoy sistémica, con fuertes consecuencias políticas, sociales ymilitares, y también en el ámbito multilateral. Es una crisis del Occidente desarrollado que afecta de manera profunda a Estados Unidos y la Unión Europea. Si durante más de seis décadas la concordancia fue una de las principales características de las relaciones transatlánticas, hoy las visiones y las políticas de estos dos actores para enfrentar la crisis son cada vez más divergentes. Al mismotiempo, las instituciones multilaterales se encuentran en el marasmo; sin consensos sobre los desafíos globales urgentes como la cuestión nuclear, el medio ambiente, la crisis financiera, la emergencia alimentaria y los desastres humanitarios.
Los riesgos globales son cada vez más significativos1. Una de las lecciones que se pueden extraer de esta etapa de transformaciones es que ningúnEstado, ni siquiera la superpotencia global, puede dirigir ni hegemonizar el sistema internacional, menos aún gobernar la globalización. Las respuestas a los desafíos y la emergencia de temas transnacionales requieren respuestas multilaterales, acciones coordinadas y asociadas y de un fuerte impulso hacia la cooperación y la concertación. Solo sobre esta base se podrán construir los consensos paralograr una gobernanza global y reducir los riesgos planetarios y sus expresiones regionales.
Muchos de estos fenómenos son «intermésticos», es decir, globales y domésticos a la vez. En el ámbito doméstico se observan procesos igualmente críticos. Los fenómenos transnacionales generan incertidumbre y vulnerabilidades. Las respuestas tradicionales se transforman en problemas adicionales más que ensoluciones. El capitalismo es global, pero las elecciones y la oferta política en las democracias no lo son; estas siguen siendo nacionales y con fuerte raigambre local, todo lo cual crea una gran disonancia y un aumento de la desconfianza en los líderes políticos y en las instituciones, que son vistas como incapaces de resolver «nacionalmente» los desafíos de la transnacionalización.
EnAmérica Latina y el Caribe no ha surgido ninguna propuesta viable para abordar estas transformaciones del sistema internacional ni existe una lectura compartida de los cambios necesarios para democratizar las estructuras globales de poder. La potencia emergente, Brasil, no está en condiciones por sí sola de ser parte del grupo de países que establecen las reglas de juego globales. El peso...
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