Guzel & Gelbert, Apariencias Engañan, Amor Perdura.

Las historias son fáciles de contar, pero esta no, no es una muy común, ni muy interesante, pero si una que bastará para ponernos a pensar un poco; esta es la historia que le pasó a Guzel.
Guzel era una chica de solo 16 años, de estatura media, cabello rojizo, y piel blanca, como toda alemana; ella vivía en un pequeño pueblo llamado Dublinztain, a las orillas de una gran ciudad a la que llamabanTriuk, vivía con sus padres adoptivos, Danna y Ozman, unos señores un poco grandes de edad, y enfermos de las grandes jornadas que hacían en su juventud para servir a el reino que se encontraba en Triuk. Ahora ella trabajaba ahí, cocinaba, por las mañanas iba a una escuela, ya que le gustaba mucho aprender, y en las tardes iba al reino, y se quedaba hasta horas altas de la noche, por lo que,algunos días le tocaba dormir sin permiso en el reino.
Así era su vida, un poco aburrida, no solía tener amigos, salvo una amiga en la escuela, Sustink, ella era blanca como Guzel, sin embargo era rubia, y de unos ojos muy grandes que a cualquier enamoraría, pero no, a Sustink no le importaba eso, ella quería casarse con un rico, y salir de la pobreza de familia en la que le había tocado llegar. Enfin, Guzel era de ese tipo de personas necias en el buen sentido, no hacia algo que no quería hacer, y esa era la razón por la que estudiaba; a casi ninguna chica de una familia humilde la dejaban, pero ella sí, ella eso era lo que quería, y nada lo impediría.
Guzel le gustaba hacer ropa con tela que compraba con el poco dinero que juntaba, hacia ropa muy bonita e incluso se veía elegante.
-¡Québonita te ves!- Dijo un día su maestro de literatura. Un joven de baja estatura, pero lindo y amable; tendría que decir que lo que toda chica quiere, pero las demás buscaban a un chicho poderoso y rico, para salir de la pobreza; y en estos tiempos se acostumbraba a que los padres les buscaban a sus hijas un buen partido, y las casaban, sin su consentimiento, por lo que las chicas no podían tenersentimientos, ya que eso de nada les serviría.
Su maestro era un joven más que lindo, inalcanzable, era un maestro y ella una simple cocinera ¿por qué se habría de fijar en ella?

Siete de la mañana, tardísimo, llega tarde, se levantó y corrió a cambiarse, desayunó algo y corrió. Ese día no tenía clases, así que llegaría tarde al reino, y no se la perdonarían, ella sabía que llegar tarde orobar algo en el reino era lo peor, te podían azotar con grandes palos de madera, o hacerle daño a tu familia, no había opción. Llegó, y empezó a preparar el desayuno, trató de no hacer mucho ruido, corría por doquier, hasta que… el estaba por atrás, con una cara de pocos amigos, así es, el príncipe.
-Srita. Guzel, tarde, muy bien, ya sabrá que esta fuera de horario, ¿verdad?-
-Lo siento sumajestad, no tengo excusas, pero si me lo permite, aquí esta su desayuno, en verdad lo siento-
-No, no te disculpes, y háblame de “tu” ya sabes que a ti, siempre te dejaría pasar estas cosas, es solo que, tu sabes cuánto te quiero y que siempre lo he hecho, te eh pedido que te cases conmigo, pero no has querido, a parte no nos haría falta nada, con el valor de tu familia y la mía….
-No lo creo, no nosconocemos, somos unos completos desconocidos, y prefiero mantener las distancias con usted hasta no tener bien presente lo que quiero para mí; y si me disculpa, serviré el desayuno.

Si, Guzel siempre era así, no le gustaba que le rogaran, pero no se casaría con el primero que le pasara por enfrente, ella sentía que Huztek, su majestad, era muy engreído, y que trataba muy mal a laspersonas, o al menos eso era lo que decía el pueblo, y ella no quería eso para ella, de ninguna manera. En cambio Gelbert era diferente, era alguien en quien ella confiaba más que en nadie, lo quería, pero no sabía cómo explicarlo, solo sabía que el siempre estaba en su corazón.
Guzel se dio un escabullido a buscar a Sustink, habían quedado de verse en un pequeño bosque al atardecer, Sustink decía que...