Historia de una gaviota y el gato que la eseño a volar

Páginas: 6 (1324 palabras) Publicado: 16 de septiembre de 2012
EVIDENCIA DE LECTURA MULTIDISCIPLINARIA:HISTORIA DE UNA GABIOTA Y DEL GATO QUE LE ENSEÑO A VOLAR |
AUTOR: LUIS SEPULVEDA

Kengah desplego las alas para levantar el vuelo, pero la espesa ola fue más rápida y la cubrió enteramente. Cuando salió a flote, la luz del día había desaparecido y, tras sacudir la cabeza con energía, comprendió que la maldición de los mares le obscurecía la vista.Kengah, la gaviota de plumas de color plata, hundió varias veces, hasta que unos destellos de luz llegaron a sus pupilas cubiertas de petróleo. La mancha viscosa, la peste negra, le pegaba las alas al cuerpo, así que empezó a mover las patas con la esperanza de nadar rápido y salir del centro de la marea negra.
Con todos los músculos acalambrados por el esfuerzo alcanzo por fin el límite de lamancha de petróleo y el fresco contacto con el agua limpia. Cuando a fuerza de parpadear y hundir la cabeza consiguió limpiarse los ojos, miro al cielo,. No vio más que las nubes que se interponían entre el mar y la inmensidad de la bóveda celeste. Sus compañeras de la bandada del faro de la arena roja volarían ya lejos, muy lejos.
Era la ley. Ella también había visto a otras gaviotas sorprendidaspor las mortíferas mareas negras y, pese a todos los deseos de bajar a brindarles ayuda tan inútil como imposible, se había alejado, respetando la ley que prohíbe presenciar la muerte de las compañeras.
Con las alas inmovilizadas, pegadas al cuerpo, las gaviotas eran presas fáciles para los grandes peces, o morían lentamente, asfixiadas por el petróleo que, metiéndose entre las plumas, les tapabatodos los poros.
Esa era la suerte que le esperaba y deseo desaparecer pronto entre las fauces de un gran pez.
La mancha negra. La peste negra. Mientras esperaba el fatal desenlace, Kengah maldijo a los humanos.
Pero no a todos. No debo ser injusta-grazno débilmente.
Muchas veces, desde la altura vio como grandes barcos petroleros aprovechaban los días de niebla costera para alejarse maradentro a lavar sus tanques. Arrojar al mar miles de libros de una sustancia espesa y pestilente que era arrastrada por las olas. Pero también vio que a veces unas pequeñas embarcaciones se acercaban a los barcos petroleros y les impedían el vaciado de los tanques. Por desgracia aquellas naves adornadas con los colores del arco iris no llegaban siempre a tiempo a impedir el envenenamiento de los mares.Kengha paso las horas más largas de su vida posada sobre el agua, preguntándose aterrada si acaso le esperaba la más terrible de las muertes; peor que ser devorada por un pez, peor que sufrir la angustia de la asfixia, era morir de hambre.
Desesperada ante la idea de una muerte lenta, se agito entera y con asombro comprobó que el petróleo no le había pegado las alas al cuerpo. Tenía las plumasimpregnadas de aquella sustancia espesa, pero por lo menos podía extenderlas.
Tal vez tenga todavía una posibilidad de salir de aquí y, quien sabe si volando alto, muy alto, el sol derretirá el petróleo –graznó Kengah.
Hasta su memoria acudió una historia escuchada por una vieja gaviota de las islas Frisias que hablaba d un humano llamado Ïcaro, quien para cumplir con el sueño de volar sehabía confeccionado alas con plumas de águila, y había volado, alto, hasta muy cerca del sol, tanto que el calor había derretido la cera con que había pegado las plumas y se cayó.
Kengah batió enérgicamente las alas, encogió las patas se elevo un par de palmos y se fue de bruces al agua. Antes de intentarlo nuevamente sumerio el cuerpo y movió las alas bajo el agua. Esta se elevo más de un metro antesde caer.
El maldito petróleo le pegaba las plumas de la rabadilla, de tal manera que no conseguía timonear el ascenso. Una vez más se sumergió y con el pico tiro de la capa de inmundicia que le cubría la cola. Soporto el dolor de las plumas arrancadas, hasta que finalmente comprobó que su parte trasera estaba un poco menos sucia.
Al quinto intento logro levantar el vuelo.
Batía las alas...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Estos documentos también te pueden resultar útiles

  • La historia de la gaviot y el gato que le enseño a volar
  • Historia de una gaviota y el gato que le enseño a volar
  • Historia De Una Gaviota Y Del Gato Que Le Enseño A Volar
  • Historia de una gaviota y del gato que le enseño a volar
  • Historia De Una Gaviota Y El Gato Que Le Enseño A Volar
  • “Historia De Una Gaviota Y Del Gato Que Le Enseñó A Volar”
  • Historia De Una Gaviota y Del Gato Que Le Enseño a Volar
  • Historia De Una Gaviota Y El Gato Que Le Enseño A Volar

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS