Hugo Chavez
El paladín de la boinacolorada murió vencido por un tumor del tamaño de una pelota de beisbol, y suplicando al Dios más vida para consolidar la revolución institucional e ideológica comenzada hace catorce años sobre lascenizas del bipartidismo nacional (1958-1999): Acción Democrática, socialdemócrata, y COPEI, democristiano: “Dios no me lleves todavía. Me queda mucho por hacer por este pueblo”, imploró en abril, con unrosario colgado al cuello. Sintonizando con su carácter castrense, el ex teniente coronel de paracaidistas negoció su rompedora hoja de ruta al estilo del patrón mexicano y los peones díscolos.“Escucho ofertas”, les decía con la pistola encima de mesa.
El arsenal político acumulado en las urnas y el paternalismo de Estado con la población más pobre, fundamentalmente negra y mulata, explican buenaparte del éxito del líder de Barinas, que cantaba, bailaba y recitaba en público, nombraba y destituía por televisión, y encandiló al machismo nacional al anunciar desde el balcón de palacio lainminencia de relaciones sexuales con María Isabel Rodríguez, su segunda esposa entre los años 1999 y 2004: “¡Marisabel, esta noche te voy a dar lo tuyo”. Campechano, seductor, autoritario, sin escrúpulosen la consecución de sus objetivos, nadie consiguió tal veneración entre las clases más necesitadas de una nación de 29 millones de habitantes acostumbrada al subsidio y proclive a los hombres...
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