Instalaciones

Utopías arquitectónicas
Construir ciudades, sueños, mundos
topía: por muchas vueltas que le demos, nadie se pondrá de acuerdo en lo que quiere decir esta palabra, pero ya está bien que hablemos un poco de ella. La URSS de 1917 o la Cuba de 1956 tienen algo de utopías hechas realidad –y grandes arquitectos que ayudaron a construirlas. Alrededor de Boulée y los llamados arquitectosrevolucionarios también hay la idea de utopía, si bien no tiene nada que ver con la que tienen los primeros. Diferentes tipos de utopías, y nada y todo en común: quizás la utopía sólo es aquel horizonte hacia el cual siempre nos dirigimos pero al que nunca llegamos por el sencillo hecho de que cuando nos acercamos allí, ya hay otro paisaje, lejos, en el horizonte.

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La gran utopía de la arquitectura: laciudad La ciudad, desde una visión aérea, es una masa informe de casas y edificios: un collage de arquitecturas que no parecen precisamente un lugar idílico. Ruido, suciedad y estrés. Pero, a pie, a ras del suelo, la ciudad tiene una cosa arquitectònica extraña: las calles y las plazas –el espacio público. Más que arquitectura es su opuesto: es el marco necesario para que la arquitectura funcione,para que dos casas estén comunicadas, para que las personas puedan pasear e ir de un sitio a otro. Todos conocemos las calles. Pero quizás no nos demos cuenta de su importancia: son los verdaderos esqueletos de las ciudades donde vivimos; los órganos del monstruo urbano. Y quizás vale la pena hacer una mirada a su historia para ver su
Arco de una bodega cooperativa de Cèsar Martinell.configuración y darnos cuenta de que es casi un milagro que exista el paraíso que llamamos ciudad. Utopía siempre implica algo irrealizable; una utopía es La República de Platón, The Island, de Huxley o la Utopía de Moro, textos que en forma de ensayo o de novela explican un mundo mejor. O un mundo peor, en el caso de las antiutopías: A new brave world, 1984, Cròniques marcianes. Pero hay un punto, unpoco perverso, en que todas estas historias de ciudades se tocan: ¿Metrópolis, de Fritz Lang, es una antiutopía, o quizás también tiene algo de utópico? ¿Y el resto de obras aquí reseñadas? ¿No es nefasta la república de Platón, donde ciertos artistas tienen prohibida la entrada? La especulación sobre cómo podría o tendría que ser la ciudad y la sociedad ha llenado muchas páginas. Pero estasreflexiones no han sido solamente literatura abstracta: siempre hay quien es capaz de hacer realidad estos sueños. O de intentarlo. Mientras del siglo XV al XVIII hay una fuerte tradición de urbanistas sólo proyectuales –por la escasez de medios para afrontar una basta remodelación de la ciudad–, a lo largo del siglo XIX el urbanismo se constituye como necesario para ordenar las enormes y caóticasciudades industriales. Es el siglo de los ingenieros, Uno de estos ingenieros es Ildefons Cerdà (1816-1876). El primer urbanista del mundo contemporáneo, según Leonardo Benévolo, que se plantea las consecuencias sociales que se dan en una ciudad. Lo más sorprendente de Cerdà es su capacidad de innovación a la hora de enfrentarse a la ampliación de la ciudad de Barcelona (1856). Basa su proyecto a partirde datos concretos: estudia las necesidades de las familias obreras de Barcelona a ña vez que plantea la red de comunicaciones con Francia y la península. Pero su plan es absolutamente utópico: quiere construir una ciudad igualitaria, donde cada manzana de casas tenga el máximo de autonomía –con escuela e iglesia– y la relación entre cada manzana sea de igualdad, por lo que crea el mínimo posiblede centros; si no hay un centro –o cada manzana de casas es un centro– la relación jerárquica se deshace ante la cooperación de células iguales. Este proyecto sólo se llevó a término parcialmente, pero sigue siendo uno de los momentos dulcesde la historia en que se mezclan utopía y realidad. El otro gran ingeniero peninsular es Arturo Soria Mata (1884-1920), con el proyecto de la Ciudad Lineal:...