Jair
Al reflexionar sobre el aumento constante en la violencia entre adolescentes, la revista American Health informa que “las peleas entre amigos, compañeros de clase y vecinos son la causa principal de muertes entre los adolescentes de las ciudades, y están en segundo lugar como causa de muerte con relación a todos los adolescentes de los Estados Unidos”.
En un esfuerzopor contrarrestar las tendencias a la violencia, un centro de asesoramiento de Boston (E.U.A.) ofrece un curso en el que los estudiantes pueden participar en representaciones para documentales cortos sobre la violencia. Así “empiezan a reconocer los patrones asociados con la violencia” y, según explica el director del programa, pueden “ver esos patrones de ira en ellos mismos”.
Los estudiantesaprenden sobre la reacción fisiológica a la ira, sobre el aumento de adrenalina que hace que se pierda el autodominio, y la importancia de la comunicación para calmar la ira “antes de que el cuerpo reaccione bioquímicamente”. Aprenden que mediante plantear preguntas y hablar calmada y deliberadamente se puede evitar una confrontación acalorada.
Por mucho tiempo los estudiantes de la Biblia hanreconocido que la violencia engendra violencia y que “la respuesta, cuando es apacible, aparta la furia”. (Proverbios 15:1.) La Biblia aconseja que cuando nos veamos frente a una situación potencialmente explosiva nos alejemos enseguida, desde el mismo principio. El sabio rey Salomón escribió: “El principio de la contienda es como alguien que da curso libre a las aguas; por eso, antes que haya estalladola riña, retírate”. (Proverbios 17:14.)
Qué hacer cuando nos encolerizamos... u otros montan en cólera
NOS rodea una sociedad que tiende a dar rienda suelta a la cólera. Los embotellamientos del tráfico, valores en conflicto o inestables, los malos entendidos, las injusticias y otras frustraciones de la vida diaria causan mucha tensión. La tensión se acumula, y casi todo el mundo tiene su“punto de ebullición”, su límite de aguante. Por lo tanto, deberíamos aprender a mantenernos en calma.
Podemos empezar cada día con una actitud positiva de desplegar paciencia, tolerancia y buen humor. La mayoría de nosotros tenemos una familia que nos ama. Los cristianos también cuentan —en la congregación— con sus leales compañeros cristianos, y, sobre todo, tienen a su Pastor amoroso, Jehová Dios.Por eso, están libres del temor a una de las causas comunes del encolerizarse: sentirse solos, abandonados. (Salmo 23:1-6; Hebreos 13:5, 6.)
Sin embargo, si nos encolerizamos o afrontamos la cólera de otra persona, debemos hacer frente a la cólera de la manera apropiada, para conservar nuestra felicidad y nuestro bienestar. ¿Cómo haremos eso? La Biblia nos dice: “El que es tardo para la cóleraes mejor que un hombre poderoso; y el que controla su espíritu, que el que toma una ciudad”. (Proverbios 16:32.) En vez de precipitarnos a expresar la cólera, deberíamos pesar las posibles consecuencias de nuestras acciones. El contar hasta diez antes de actuar pudiera evitar que hiciéramos algo que después nos pesara. (Proverbios 14:17.)
Si sucede que nos domina la cólera y no sabemos por qué,humilde y sinceramente deberíamos buscar ayuda. No es debilidad confesar a otros —especialmente a los que nos aman— nuestros temores, o que necesitamos ayuda; es el proceder de la sabiduría y el valor. Entonces podemos llegar a las raíces del problema. La Biblia dice: “Resultan frustrados los planes donde no hay habla confidencial, pero en la multitud de consejeros hay logro”. (Proverbios 15:22.)El esforzarnos por entender qué lleva a otros a comportarse como lo hacen nos ayudará a controlar nuestras propias reacciones emocionales. Además, puede que el que se haya encolerizado con nosotros se apacigüe rápidamente si le decimos: “Comprendo por qué se siente así”. La Biblia aconseja: “La perspicacia del hombre ciertamente retarda su cólera, y es hermosura de su parte pasar por alto la...
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