jodorowsky

Un juego trasgresor con los géneros cinematográficos. En este aspecto, el caso más notorio sería el de El Topo, western en el que el matón sombrerudo tiene aspiraciones de monje budista. Es en Santa Sangre, sin embargo, donde este procedimiento alcanza el más alto nivel al reelaborar una obra maestra del suspense, Psycho (1960), de Alfred Hitchcock, en un registro mixto de fellinescos escenarioscircences, cine de ficheras y gore al estilo del más truculento giallo italiano, para dar forma a una perturbadora alegoría sobre los imborrables estigmas que los seres padecen por su origen en las estructuras social y familiar. Por su parte, Fando y Lis y La Montaña Sagrada son filmes que socavan el género que ellos mismos inventan, o sea, la fábula iniciática. El ejemplo más contundente de estonos lo ofrece el final de La Montaña Sagrada, en el que un actor (el mismo Jodorowsky) sin más se declara tal ante el espectador y le recuerda que lo que ha visto es tan solo una ficción, nada más que una película. Acto seguido, dice al director de fotografía “Zoom back camera…” y ésta comienza a alejarse lentamente dejando al crew de la filmación a la vista del espectador.

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num. 71, octubre - diciembre 2010

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Número 71 | SOCIEDAD SECRETA | Víctor Hugo Malfavón | PDF | Imprimir | Enviar
Santidad y cine basura
Víctor Hugo Malfavón[*]Bajo los cuatro principales filmes de Alejandro Jodorowsky[1] subyace una misma premisa básica, que no obstante variar significativamente en los términos en que es planteada en cada uno de ellos, puede ser resumida como sigue: un sujeto, por obra de cierto avatar, es puesto en camino de acceder a una experiencia heterónoma: radicalmente ajena, extraña. Se trata de películas construidas sobre laestructura de un ritual iniciático.
La singularidad de estos filmes la constituye el hecho de que a través de ellos realmente se intenta alcanzar un “conocimiento imposible”, y no simplemente representar una meras fábula acerca de su eventual conquista, como podría ser el caso, por ejemplo, de The Matrix (1999). Jodorowsky subvierte la tradición del cine en su supuesta función de “contar historias”,para usarlo con fines ajenos a los propiamente estéticos. La cámara, con su capacidad de generar imágenes, no es puesta ya al servicio de una narración, sino usada como una suerte de instrumento mágico para alcanzar la santidad.
Jodorowsky ha dicho que él le pide al cine lo que los americanos a las drogas psicodélicas. ¿Qué es lo que, propiamente, el chileno quiere decirnos con esta afirmación?Que él pretende alcanzar la iluminación a través del cine como los americanos lo pretenden a través de las drogas. A este respecto hay que señalar que, descontando un puñado de oscuras obras maestras de la cultura pop, lo que se desprende de las evidencias es que las drogas psicodélicas no han dejado para los estadounidenses sino un ejército de psicóticos destinados a aumentar la población dehospitales psiquiátricos y una resaca moral y anímica a la medida de la potencia más grande del mundo. En general, el uso de las drogas en la civilización occidental nunca ha sido más que el elemento clave de un ritual profano para realizar una necesidad de autodestrucción, la mejor forma que los ciudadanos de esta civilización han encontrado para sobrellevar sus existencias, a saber, la forma de...