Jugando A Oscuras

Eran las cinco de la tarde y se acercaba una tormenta terrible. Matías, un niño amante de los video-juegos, esperaba ansioso la llegada de su amigo Federico. Ese día Fede iba a venir para jugarjuntos la última partida del “Laberinto Mágico”, un juego que compartían hace meses, en el que tenían que resolver acertijos difíciles para poder pasar de nivel. Les quedaba el último para ganar, el máslargo. Estaba nervioso y a cada rato miraba por la ventana para tardar lo menos posible en abrirle la puerta y correr a sentarse frente al televisor. Todo estaba listo, los dos almohadones grandes delsillón del living en el piso, las galletitas y el jugo en la mesita que ya había corrido a un costado para que no moleste y la tele con la consola correctamente enchufada. Quedaba sólo apretar elbotón de encendido.
El abuelo Domingo, que también vivía en la casa, preocupado porque afuera el cielo estaba tan negro que sabía que una vez que se largara a llover no iba a parar, cuidaba a Matíasmientras sus papás trabajaban. Llegaban después de las siete y preparaban la cena todos juntos, el encargado de poner el mantel, los platos y los cubiertos en la mesa era Mati, los vasos los ponía el papá,porque los guardaban muy altos y él no llegaba.
Sonó el timbre y fue hacia la puerta. Chocó las manos con Fede saludándolo al mismo tiempo que le agarraba la mochila para dejarla en el perchero.Cuando cerró la puerta un tremendo trueno los dejó quietos por un segundo y empezó a llover como ninguno de los dos había escuchado nunca. El abuelo cerró la ventana de la cocina para que no entrara elagua. Corrieron desesperados al living, era el día en el que iban a ganar por fin ese juego. Se sentaron rapidísimo con los controles en las manos, Fede tomó un trago de jugo, Matías estiró el brazopara prender el televisor, y al mismo tiempo que apretó el botón para prenderlo la casa quedó a oscuras. Otra vez quedaron quietos por un segundo, pero no se preocuparon por el corte de luz sino...