La búsqueda de un sentido, una alegoría al vacío existencial

La búsqueda de un sentido, una alegoría al vacío existencial

No deseo aburrirlos con mi relato, pero me gustaría dar a este ensayo un enfoque personal e íntimo, mostrándoles a través de mi experiencia como este libro llegó a mi vida, regalándome la hermosa posibilidad de ser feliz pese a la adversidad.
Comenzaré por contarles que esta no es la primera vez que este libro llega a mis manos yestoy por convencerme de que no es pura casualidad que tan insistentemente se presente ante mis ojos. Hace dos años, sentada en un sillón, con esa sensación de falta de vida o de “cadáver viviente”, como bien lo expresa el autor, mi psiquiatra me pregunta: ¿por qué vienes a visitarme?, yo tras un rato de silencio y un suspiro, lo miro a los ojos y le digo: “estoy aquí porque la vida no tieneningún sentido, estoy harta de este sufrimiento que me ha acompañado desde que nací, de este vacío en mi interior que no me deja vivir, no conozco la felicidad.” Mi terapeuta puso cara de inquietud y siguió escuchando mi relato.
Al cabo de unos meses, mi diagnóstico era claro, padecía de una grave depresión endógena. Una mezcla entre condición genética y factores ambientales o del entorno la habíagatillado. Al principio no lo comprendí del todo, pero una cosa si era clara, yo estaba viviendo un calvario digno de lo que Viktor frankl llama en su libro “La vida en un campo de concentración”.
Visitaba al psiquiatra una vez a la semana, mi situación era bastante crítica, ya que sólo una cosa rondaba mi mente todo el santo día, quería morirme, desaparecer, esfumarme si era necesario paraparar de sufrir. Lo peor de mi sufrimiento era no tener un motivo claro que justificara mi angustia, sólo tenía pena y era difícil decir porque. Evidentemente situaciones en mi vida tenían una clara relación con lo que sentía. Rabia, desamparo, soledad, etc. Pero aún así, esto era mucho más profundo y complicado porque según yo, había nacido triste.
Tras varias semanas de terapia, el doctor merecomendó un libro llamado “El hombre en busca de sentido”, no me dio mayores detalles de que se trataba, o si tenía alguna finalidad terapéutica, sólo insistió en que lo leyera porque era muy interesante. Yo lo miré con la apatía que me caracterizaba y le dije que lo iba a leer.
Pasaron varios meses antes de que me decidiera a darle una oportunidad a tan recomendada lectura. Lo tomé entre mismanos y sin ninguna esperanza de encontrar algo bueno en él, comencé.
Al principio me pareció que el objetivo del autor al contar su historia en un campo de concentración, no era otro que hacer reaccionar, remecer hasta lo más profundo de su ser, a aquellas personas que como yo, estaban tristes y desesperanzadas de la vida “por nada”, al menos nada comparado con su vivencia en la guerra, con elsufrimiento, la tortura y la humillación en su forma más extrema. Me pareció vanidoso y de algún modo descortés.
Seguí leyendo, decidí dale una segunda oportunidad, dejando de lado esta vez la predisposición negativa hacia su relato, pensé tal vez, este libro esconde un mensaje oculto entre líneas.
De pronto el relato me remeció por completo, y comprendí lo que el autor trataba de comunicar. Através de su experiencia como prisionero en un campo de concentración hace una interesante alegoría, para mostrarnos como la vida nos pone a prueba, a través del sufrimiento, la decepción, el miedo, los deseos no realizados, sintiéndonos prisioneros en nuestro propio campo de concentración.
En su relato encontré frases y pensamientos que me hicieron pensar muchísimo en ese momento. No tardé enidentificarme y familiarizarme con lo que él decía, ya que descubrí en sus palabras un dejo existencialista. Desde pequeña fui una existencialista innata, a mis tiernos cinco años antes de dormir, mientras contemplaba el techo de mi pieza oscura, me preguntaba el porqué de nuestra existencia, me preocupaba que pasaría si el mundo se acababa, si el universo se consumiera en si mismo hasta...