la hormiga y la cigarra


Había una vez una hormiga y una cigarra que se veían todos los días en verano. La cigarra cantaba alegre y se paseaba dando vueltas por el campo, viendo cómo la hormiga no paraba de sudarcargada todo el día con comida que pesaba mucho más que ella. Veía a la pobre hormiga sufrir mientras llevaba granos de arroz y trigo, transportándolos a pesar del calor del verano y la distancia que habíahasta su casa.

Muchas veces la cigarra cantaba cerca suya para reírse de ella, sin comprender cómo desaprovechaba el verano para jugar y divertirse. La hormiga la miraba y seguía con sus tareassin decir nunca nada, centrándose únicamente en terminar su casa y llenarla de comida. Ya tenía preparadas las habitaciones y su despensa empezaba a llenarse.

Cuando estaba a punto de terminarel otoño la cigarra se acercó a la hormiga para hablar con ella. Ahora que había llegado el frío era difícil encontrar comida, estando hambrienta la cigarra y desesperada por llevarse algo a la boca.La hormiga cargaba el último grano de arroz para la despensa, estando llena de comida y preparada para pasar en casa todo el invierno sin salir de ella nunca.

La cigarra le suplicó sin parar quele diera un mordisco de ese grano de arroz, a lo que la hormiga seguía caminando en silencio. Cuando ya estaba a punto de entrar en su casa, cansada, decidió contestar a la cigarra:

-¿Qué hicistetú en verano mientras yo trabajaba?- le dijo la hormiga enfadada.

-¡Estuve cantando y animando los campos con mi voz!- contestó la cigarra desesperada, sabiendo que solo estuvo descansando sinhacer nada más.
-Entonces sigue cantando en invierno si tan útil has sido- y acto seguido se metió en su pequeño hormiguero junto al grano de arroz, cerrándolo para evitar el frío y olvidándose parasiempre de la cigarra perezosa.


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Dentro de los elementos constitutivos de la economía moderna, el capital inicial de un proyecto y la posterior reutilización de los...