la hueya 15758
Natalia se ddatedgfdg
fdgsdfhg
gf
hsgh
sfgh
f
ghs
ghadfg
a fg
f
hgah
g
h
ag
h
sg
ha
rfh
ah
gh
ag
h
dfh
agh
g
h
a
dfh
gh
h
h
h
h
h
h
h
h
h
h
h
h
h
h
sghsfjdhfajdshf edhgas dshf gsdhgajdsfgah sdfgadsf
asd g
fg
fa fhadfhg af hadhaf
ha
ha
h a urmió sentada frente al espejo. El día había sido tan agotador, y había
madrugado tanto…
Allí era dónde sedesmaquillaba, en un rincón de su cuarto, en su solitaria y silenciosa
casa, donde vivía desde hacía poco.
Un viento nocturno soplaba sin cesar, mientrasprecipitaba una llovizna muy fina.
En una noche como esa, en la calle no andaba ni un alma, y casi no cruzaban vehículos.
Cuando el cuello la incomodódespertó, pero en el instante en que aún no abría los
ojos, en ese estado donde la conciencia está adormecida; creyó sentir que unos dedos
recorrían sucabeza.
Al abrir los ojos vio horrorizada que lucía otro peinado. Recorrió el cuarto con la mirada,
fugazmente vio a una señora mayor, a una anciana,parada a su lado, pero enseguida
dejó de verla.
Después de muchas noches de terror, en vela, asustada; al no tener más encuentros
con el fantasma,pudo dormir tranquila nuevamente.
El tiempo pasó. Tras otro día agotador, volvió a dormirse sentada, durante una noche
ventosa y con llovizna; peroesta vez lo hizo en la cocina, donde tenía un pollo a medio
deshuesar.
Al ir despertando sintió el filo de un cuchillo deslizándose por su cabeza.
Regístrate para leer el documento completo.