La Iglesia y Su Lengua Muerta

La Iglesia y su Lengua Muerta
Cuando el 11 de Febrero pasado Benedicto XVI anunció su abdicación, pocos pudieron entenderla. La declaración en latín sólo pudo ser descifrada por la periodista Giovanna Chirri quien transmitió la primicia al resto de los mortales, incluidos los católicos alrededor del mundo. La escena misma de la dimisión dejaba patente el principal problema que aqueja a laIglesia que el papa saliente no ha sido capaz de solucionar: su distanciamiento de los hombres y mujeres que día tras día intentan honrar con su vida el mensaje evangélico. La curia romana habla un “idioma” que los católicos no entienden y lleva adelante una agenda de la que no se sienten partícipes.
No es nuevo para la feligresía católica el hecho de que la jerarquía eclesiástica posea una agendapropia. Los católicos han desarrollado una especie de tolerancia frente a este fenómeno. Lo perciben como el precio a pagar por tener una dirección unificada de la Iglesia corporizada en una entidad burocrático-estatal como es el Vaticano. Lo novedoso y vergonzante es el carácter de los asuntos que se incluyen en esta agenda. Mientras en el pasado los problemas que ocupaban a la curia eran deíndole política en la actualidad son de carácter policial.
Así, por ejemplo, es sabido que en el cónclave que condujo a la elección de Pío XII tuvo peso el hecho de que el futuro Papa tuviese conocimiento de primera mano de lo que era el Nazismo en Alemania. En 1933 como Secretario de Estado de la Santa Sede, el cardenal Paccelli – luego Pío XII – había celebrado un concordato con la Alemania Nazi.Este hecho no pasó desapercibido por los cardenales que en 1939 lo coronaron como romano pontífice. El mismo tinte político tuvo la elección de Juan Pablo II en 1978. A nadie pasó inadvertido que elegir a un papa polaco tendría incidencia sobre los asuntos políticos detrás de la cortina de hierro. Su viaje a Polonia en 1979 y su apoyo al sindicato “Solidaridad” confirmaron el costado político de suelección.
Aunque los cónclaves han tenido carácter político, dos características adicionales han contribuido a que esto fuese al menos tolerable por la feligresía. La primera, tiene que ver con que este carácter no se afirmara abiertamente. Los cardenales que eligieron a Pio XII o a Juan Pablo II no se atrevieron a decir que entre las razones para hacerlo se encontraban consideraciones quetenían que ver con el Nazismo, en el primer caso, o el Comunismo, en el segundo. La existencia de estas motivaciones fue objeto de interpretación por quienes se especializan en la política vaticana, acostumbrados a leer entre líneas. La segunda, vinculada con la anterior, es que las razones para elegir al Papa que se hicieron públicas eran de índole pastoral o espiritual. La existencia de razonespúblicas espirituales y razones políticas secretas, permitía que los católicos pudiesen seguir viendo al Papa como un líder espiritual, aun si internamente sabían o al menos sospechaban que también jugaba un papel terrenal.
Los católicos podían seguir viviendo la elección del Papa como un evento espiritual, inspirado por el Espíritu Santo, porque era posible percibir que la principal tarea delpontífice era de carácter espiritual y pastoral, aun si sabían que también tendría que encargarse de cuestiones políticas. Mientras el cónclave se encontraba reunido los católicos rezaban pidiendo a Dios que inspirase su elección. Esto era posible porque se asumía que en la elección no pesarían sólo cuestiones mundanas de carácter político. El Papa tendría que lidiar con los problemas políticos delmundo, pero esencialmente era un líder espiritual que actuaba como pastor de los millones de católicos que levantaban su súplica al Espíritu Santo.
Este escenario ha sido trastocado dramáticamente por la abdicación de Benedicto XVI. Lo abrupto de la decisión ha dejado descolocada a la curia y ha permitido que por un momento se vea lo que está detrás de bambalinas. Los cardenales ya no están...