La Imprtasa Ernsto

Páginas: 7 (1556 palabras) Publicado: 6 de marzo de 2013
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ASCOT.- (Haciendo una pequeña reverencia.) Es una simple alusión
clásica, tomada de los autores paganos. ¿Tendré el gusto de verla a
usted esta tarde en la oración?
MISS PRISM.- ¿Y si diéramos ahora una vueltecita? Me parece, en
efecto, que tengo un poco de jaqueca, y quizá un paseíto me sentase
bien.
ASCOT.- ¡Encantado, miss Prism, encantado! Podemos ir hasta la
escuela, ydesde allí volver.
MISS PRISM.- Muy bien pensado. Usted, entretanto, Cecilia, me hará
el favor de estudiar su lección de economía política. El capítulo sobre
la baja de la rupia puede usted saltarlo. Es demasiado sensacional.
Hasta estos problemas financieros tienen su parte melodramática. (Se
aleja por el jardín en compañía del reverendo ASCOT.)
CECILIA. - (Cerrando los libros y tirándolossobre la mesa.) ¡Al
diablo la economía política! ¡Al diablo la geografía! ¡Al diablo el alemán!

(Entra ANSELMO con una tarjeta sobre una bandeja.)

ANSELMO. - Míster Ernesto Gresford acaba de llegar de la estación.
Trae consigo el equipaje.
CECILIA. - (Cogiendo la tarjeta y leyéndola.) "Míster Ernesto Gresford, Albany, 4" ¡El hermano de tío Juan! ¿Le ha dicho usted que el
señor estaba enLondres?
ANSELMO.- Sí, señorita. Y ha parecido muy contrariado. Le dije
entonces que usted y miss Prism estaban en el jardín, y ha contestado
que tenía mucho interés en hablar a solas con usted un momento.
CECILIA.- Dígale usted a míster Ernesto Gresford que pase aquí. Y
me parece que no estaría de más que encargase al ama de llaves que
fuesen preparando el cuarto.
ANSELMO. - Se hará loque manda la señorita. (Sale.)
CECILIA. - ¡Ay! Todavía no he conocido a ningún mal sujeto de
veras. Casi me siento asustada. ¿Y si se parece a todos los demás hombres? (Entra ARCHIBALDO muy resuelto y satisfecho.) ¡Y se parece!

….
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ARCHIBALDO, mirándole con ojos centelleantes.)
ASCOT. - ¡Qué agradable es ver una reconciliación tan perfecta!,
¿verdad? Creo que haríamos bien en dejarsolos a los dos hermanos.
MISS PRISM. - Cecilia, tenga la bondad de acompañarnos.
CECILIA.- Con mucho gusto, miss Prism. Mi trabajo de reconciliación ha terminado.
ASCOT.- Ha llevado usted a cabo una acción muy hermosa, hija mía.
MISS PRISM.- No seamos prematuros en nuestro juicios. (Salen todos, excepto GRESFORD y ARCHI BALDO.)
GRESFORD. - (Acercándose a ARCHIBALDO con aireamenazador.) Oye, grandísimo fresco, vas a hacerme el favor de irte inmediatamente. ¡A bunburyzar a otra parte!

(Entra ANSELMO.)

ANSELMO.- He puesto las cosas del señorito Ernesto en la alcoba
contigua a la del señor. ¿Está bien así?
GRESFORD.- ¿Qué?
ANSELMO.- Me refiero al equipaje del señorito Ernesto. Lo he desempaquetado todo y lo he puesto en la alcoba contigua a la del señor.
GRESFORD.-¿Su equipaje?
ANSELMO.- Sí, señor. Tres maletas, un estuche tocador, dos sombreros y una cesta grande de merienda.

ARCHIBALDO.- Sí, creo que no podré estar con vosotros más de una
semana.
GRESFORD.- Anselmo, que enganchen el coche inmediatamente. El
señorito Ernesto ha recibido un aviso que le obliga a regresar esta
misma tarde a Londres.
(ANSELMO saluda y vase.)



40CECILIA. - ¡Oh! No he venido más que a regar estas rosas. Creía que
estaba usted con el tío Juan.
ARCHIBALDO.- Se ha ido a decir que enganchen el coche.
CECILIA.- ¡Ah! ¿Va a llevarle a usted a dar un vuelta?
ARCHIBALDO.- ¡Va a llevarme a la estación!
CECILIA.- ¿A la estación? Entonces, ¿vamos a tener que separarnos?
ARCHIBALDO.- Así parece. ¡Qué horrible separación!
CECILIA. - Siempre espenoso separarse de los amigos recientes. La
ausencia de los antiguos puede sobrellevarse con cierta ecuanimidad;
pero la separación, por momentánea que sea, de una persona que se
acaba de conocer, resulta casi insoportable.
ARCHIBALDO. - Gracias, prima Cecilia, gracias.

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(Entra ANSELMO.)

ANSELMO.- El coche espera a la puerta, señorito.(ARCHIBALDO
lanza a CECILIA una mirada de...
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