La Maquina De Aqueronte Darwin Pinto Hellip

Páginas: 319 (79750 palabras) Publicado: 27 de abril de 2015
La máquina de
Aqueronte

La máquina de
Aqueronte
Darwin Pinto Cascán

© 2011 Darwin Pinto Cascán
© De esta edición:
2011, Santillana de Ediciones S.A.
Calle 13 N° 8078, Calacoto
La Paz – Bolivia
Teléfono: (591-2) 2774242
Fax: (591) 2771056
Email: info@santillana.com.bo




D.L.: 4-1-1081-11
ISBN: 978-99905-2-545-8

Impreso en Bolivia. Printed in Bolivia


© Imagen deportada: Cielos Falsos, de Sol Mateo.


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A Antanas... por su única victoria.

LIBRO PRIMERO

1
A la luz de una vela hecha por él con grasa de
gente, Aqueronte el Sabio contuvo la respiración con las
fauces abiertas y puso en su lugar la última pieza que le
faltaba para echar a andar su Maquinita de la Venganza:
Click.
Una rata gorda pasó corriendo sobre lo que
debía ser su pie y cayó muerta unmetro más allá,
encima del cuero podrido de viejos mapas de la Primera
República aniquilada que se acumulaban en el suelo de
polvo estéril, entre hormigueros habitados por termitas
y el lodo reseco que filtraba allí desde nuestros ríos
subterráneos en los días de tormenta. Click.
Después de ese helado sonidito mecánico, no se
movió nada más en la tiniebla del planeta atrapado en
la telaraña deluniverso, ni en la ciudad que dormía con
sueño de conejo, ni en el caserón agazapado con mañas
de tigre, ni siquiera se movió ya la pata de la gorda
rata muerta en la oscuridad, alimaña por cuyas orejas
penetraban dos hormigas rojas buscando comida. Nada
se movió en ese sótano-búnker donde se acababa de
terminar algo que no se había hecho nunca antes; algo
que no debió ser terminado, ni mucho menospensado
jamás. Adán volvía a este infierno recuperado con ganas
de venganza.
Click. No se movió nada en esa burbuja de tiempo
congelado, ni la respiración de Aqueronte el Sabio, ni

10

el galopar de su negra sangre con trocitos de chocolate
dentro de las cavernas de su cuerpo contrahecho, ni
la savia de los tamarindos monstruos en el patio, ni
siquiera el viento cargado de risas. Nada. Bueno,sí, algo
sí se movió. En ese momento solo existió brevemente la
sucia gota de sudor que bajaba por la frente del Sabio
con andar de salamandra; gota turbia, densa y alargada,
semen tóxico de bestia hipernatural, sangre de costado,
agua-sudor que se evaporó casi al llegar a lo que debía
ser, digamos, la nariz de Aqueronte.
Aún con la mirada fija sobre ese su objeto del
deseo que no era más grande nimás negro que una
semillita de manzana, Aqueronte el Sabio por fin exhaló
despacito el vapor negro de su respiración aletargada. Lo
hizo con tanto cuidado que ni siquiera removió el aire
visible atrapado en ese búnker bajo la tierra del patio de
aquella casa maldita. Aire pesado aquel, hediondo a sebo
de cirios hechos por él con grasa de la gente que había
cazado con un garrote y un cuchillo en loscaminos de
su autoexilio obligado. Cirios color ratón que le daban
luz en sus noches más oscuras, como ésta en el sótanobúnker, encorvado como está sobre el mesón de concreto
donde observa extasiado al motivo de su vida recién
concluido. No escucha ni siente ese aire habitado por
voces, insectos de la noche y partículas de un polvo tan
antiguo que bien puede contener algún resto humano,
dados loshechos extraños que ha soportado la casa y la
violencia sin límites que azotó al país desde el día en que
el primero de ellos llegó aquí hace ya tanto para vivir esa
su absurda historia de amor que engendró todo esto…
Quizá si el primer Antanas hubiera muerto en
el lugar donde lo criaron como era de esperarse, quizá

11

si hubiera perdido esa riña de gallos que le cambió la
vida para...
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