La mirada opulenta - Jorge Marulanda

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LA MIRADA OPULENTA
Jorge Marulanda

El mirar es un verbo que se activa en profundidad. Venido desde lo instintivo del ver, asume una postura de excitación
totalizadora: sentir las esencias, merodear en los exteriores y escabullirse en los rincones de las cosas, tras el favorable
apetito de la experiencia. El ya haber asumido una conciencia de su uso primario- el recibir y el comprender-inicia una
ruta hacia lo excelso: superar la inmanencia como sentido y enrutarse por los caminos de lo meramente humano, siendo
esto, medir una existencia, una finitud débil, hacia los planos de aquello que nos supera.

El mirar desde el sentido somático estricto, es la apertura articulada a un entorno variable: puedo ver el todo de un solo
golpe, o fragmentarlo dependiendo de ciertos puntosde atención (paréntesis), puedo irme al detalle y llegar a procesos
desencadenados y mudos (abstracción), o puedo llevar este sentido a una concepción de distancia; desde lo inmediato a
lo totalmente lejano: es en sí un elemento consecuente con el estar y que en sus bondades genera un nivel de goce.
Pero el cuerpo se vincula con el exterior por diversos medios; como objeto alerta, se apropia detodas las
manifestaciones bajo las cuales se hace presente el fenómeno: tanto el oler como el palpar, como en el saborear hay
una necesidad de contacto. Son de acción epidérmica. En el oír hay un acto emancipado de la cercanía, pero aleatorio,
caótico, al ser en la distancia un sentido que bucea perfectamente, pero que no conoce de una finalidad en sí mismo.
Desarrolla presencias, pero no eldominio de estas, es un sentido abierto y sin esclusas para medir el flujo. Como
elemento de diferencia, lo visto es un sentido rey, en la medida que obtiene pormenores que no abarca lo táctil, como
también la inmensidad que en ciertos motivos presenta un entorno, no es en sí necesario el contacto, ya que no se
expresa bajo los planos materiales y es en su dinámica, hacedor de espacios, unaexcitación que tiene la posibilidad de
desplazarse, de evadir principios de distancia, como también de modificarse de tamaño al ser pliegue, rugosidad,
extrema luz u oscuridad. Podríamos clasificar aquellos contactos que hace la vida, puntualmente la del hombre en su
relación con lo exterior bajo una metáfora de adaptación de relieve: podríamos medir una parte de los sentidos como
anfibios, valorpropio de una mirada avanzante, acoplable pero rastrera; y otros como aéreos, siendo en el oír una
manifestación salvaje y siendo en el ver, trascendido en la mirada, como un sentido aristocrático.

El mirar es un acto voluntario. Todo aquel poder queda, entonces, resumido a los planos de la necesidad. El mundoentorno se nos ofrece y esta en las diferentes escalas y opciones acercársele a él,como mirada inmediata (acciónreacción), como mirada oficiante (mirada articulada en un oficio: ojo clínico), como mirada reflexión o como una mirada
introspectiva. Es en sí un órgano multifunciónal, articulable y acoplable, es un instrumento que al mejor dote Scout,
funciona en múltiple circunstancias. Pero aquella laxitud generada en los diferentes caminos, tanto articulados en lo
social comoen lo existencial, no solo se accionan en el parpadeo como esclusas para permitir el paso, sino que hay que
contar con que lo visto o lo mirado también debe armonizarse con el evento: para ver es necesario algo que ver, como
también para el mirar es necesario un acuerdo, un convenio con lo visto y lo mirado. En el contexto en el cual se
desarrolla nuestra mirada, en los predios de nuestraoccidentalidad, encontramos un hacer-ser de la mirada que navega
en un buen mar de los progresos de la historia- ahora incierta- y de un reconocimiento de este acto como eje articulador
de nuestras comunidades. El llamado a mirar se ha desarrollado como un elemento que inunda todas las esferas de lo
social y se permea como aquella nueva arista que desde el siglo anterior trae su fuerza para el...