La moralidad en términos pragmatistas

La moralidad como un proceso de construcción del individuo donde los sujetos actúan en favor del resto.
María Daniela Parra. Cód. 432929
Rorty tiene la intención de desarraigar la tradición metafísica, instauradora de incondicionalidad, para redescribir el mundo desde un punto de vista relacional; en la lección séptima del libro “El pragmatismo, una versión”, se pone latarea de reinterpretar algunas distinciones que surgen de pensar una realidad como esencialista, de límites establecidos y precisados por leyes universales, a saber, las que se trazan “oponiendo obligaciones categóricas e incondicionales a obligaciones hipotéticas y condicionales” (Rorty, Richard. “ÉTICA SIN OBLIGACIONES UNIVERSALES”, 201). El presente texto quiere mostrar tales distinciones consu redescripción pragmatista y exponer la abnegación de este pensamiento por las reglas morales universales del buen actuar.
1. La distinción entre moralidad y prudencia.
En un plano pragmatista, esta distinción, como lo planteó Dewey, debe ser interpretada en términos de relaciones: relaciones sociales rutinarias y relaciones sociales no rutinarias. La prudencia es parte de las primeras, asícomo lo son las costumbres y los hábitos; es una forma de adaptarse al entorno que sale de manera natural y no es controvertida por la comunidad. Cuando estas relaciones son controvertidas, entran en conflicto nuestras necesidades con las de individuos diferentes, la moral tiene partida; cuando se da algo aparte de mí y los míos que tambalea nuestras costumbres, la actitud moral es la que sehace presente para resolver los asuntos, pues lo rutinario, la prudencia, no es suficiente.
Los kantianos, por el contrario, interpretan esta distinción en términos de humanidad y animalidad: la moralidad viene de la razón, facultad propia de los seres humanos, y la prudencia es algo que “compartimos con las bestias” (203). La moralidad es una obligación de los hombres, un imperativo categórico,y va más allá de la adaptación entre animales.
La crítica que hace Dewey a estos pensadores es que, según la evolución, lo que nos diferencia de los animales es el lenguaje. Y si aquellos dicen que lo específicamente humano es la razón, se están refiriendo, en buena medida y sin notarlo, al lenguaje. Si se les preguntara a los kantianos por el momento en el que el ser humano se sobrepuso a suinstinto animal de adaptación y empezó a guiarse por la mera razón, quedarían en el mismo lugar de aquel al que se le hiciera la pregunta de cuándo el hombre dejó los gruñidos por los conceptos y de aquel al que se le preguntara por el instante en que lo racional se apartó de lo empírico.
El gran problema que los pragmatistas ven en un tipo de pensamiento como este, es que se interpretandiferencias de grado como diferencias de género. Para el kantiano la moral, exclusiva del ser humano, es algo enteramente distinto de la prudencia, característica del comportamiento animal; para el pragmatista la moral es un momento de mayor grado, de más amplitud, con respecto a ese acto natural de adaptarse al entorno y a los otros.
Además al otorgarle a la razón un carácter de universalidad porencima lo empírico no se pueden ignorar las consecuencias. “El imperativo categórico, dice Dewey, se limita a recomendar ” (204). La metafísica anda pregonando por ahí una privilegio universal y esencial pero en su voz se siente la nostalgia de lo relacional.
2. La distinción entre razón y sentimiento.
“Las circunstancias temporales de la vida humana son ya bastante difíciles como para queencima, y de una forma sadomasoquista, añadamos a ello obligaciones incondicionales e inmutables”. (205)
El tradicional kantiano tiene la “tranquilidad” en las leyes universales de la moralidad a las que puede acceder únicamente por su razón, así nunca pueda estar seguro de haber llegado a ellas. El pragmatista no se preocupa por algo más allá de él y sus relaciones, ¿para qué cumplir una ley que...