La Originalidad De La Oración Cristiana
CHRISTIAN DUQUOC, O. P.
ORA/QUE-ES:
La oración no es un fenómeno exclusivo del cristianismo. Peregrinos occidentales se
asombran al ver en tierra palestina o musulmana la importancia individual y social de la
adoración o la imploración.
Una emisión de televisión sobre la India presentó la ceremonia de la oración familiar y la importancia dada por la opinión pública a la contemplación de lo Absoluto. El arte da testimonio
de que en el pasado, dentro de las más diversas religiones, siempre existió la oración;
pensemos, por ejemplo, en la estatua del orante sumerio. La oración, pues, es un fenómeno
humano muy extendido.
De ahí, ¿debemos afirmar que la oración cristiana es una simple variante de la actitud universal de oración? O ¿convendría reconocer en ella cierta originalidad que haría vano el
intento de compararla con otras formas de oración? Si optamos por la segunda alternativa, la
enseñanza catequética estará obligada sobre todo a aclarar dicha originalidad antes de estudiar
el fenómeno humano como tal.
Por nuestra parte, precisaremos en qué sentido la oración cristiana esoriginal y
mostraremos posteriormente qué consecuencias tiene en el comportamiento diario,
especialmente en relación con la acción.
LA ORACIÓN CRISTIANA, COMUNIÓN CON EL DESEO DE DIOS SOBRE EL MUNDO
La oración es el acto por el cual el iniciado de una religión expresa su unión con Dios. Si,
pues, existe alguna originalidad en la oración cristiana, debemos encontrar su raíz enla
originalidad de la religión cristiana. La originalidad de la oración cristiana es del mismo
orden que la originalidad del cristianismo. Aunque debamos reconocer dicha originalidad,
no rechazamos, sin embargo, la necesidad de un ámbito humano tanto de la religión como
de la oración. Claro que éste último puede pensarse de maneras muy diversas: podemos
percibir en él laintuición de una dimensión sacral de la existencia, el sentimiento de la
profundidad de un reencuentro humano. Quizá este ámbito no es determinable a priori, y
cambia según las culturas y mentalidades. Nuestro propósito no es verificar la continuidad
entre cristianismo y religión; es manifestar lo que jamás puede definir, a priori, el ámbito
humano en el cual se insertan el cristianismo yla oración que le es inmanente.
Mi deseo es el de Dios
Partamos de lo que parece más inmediato: la oración se presenta como una petición.
«Señor, ten piedad», decimos. «Señor, acuérdate de quienes tienen hambre», gritamos.
«Señor, perdona mi pecado», confesamos. La petición en la oración es tan amplia como la
gama de necesidades y deseos humanos. Abarca la urgencia sensible ysocial: aprobar un
examen, curarse, que no llegue un posible accidente; se preocupa por las causas más
universales y la venida del Reino: «Venga tu Reino», decimos en el Padrenuestro. La
oración puede no ser más que un grito de dolor; puede ser la admiración de un místico.
Orar es creer que alguien escucha. Pero el Dios que escucha podemos imaginarlo como
un simple suplementode poder necesario para satisfacer un deseo o, como el ser amado
en quien se alegra el corazón. Puede ser aquel a quien obligamos nos oiga, o aquel que,
incluso antes de nuestra petición, adivina -porque nos quiere-lo que necesitamos. Orar es
reconocer que hay un deseo que ninguna comunidad humana puede satisfacer, sea la
obtención de algún bien o la falta de dicha y de belleza. Laoración en común subraya este
aspecto: la solidaridad humana no puede llenar todo, cualquiera sea la realidad concreta
que contenga ese todo. El niño aprende a relativizar el poder paternal en la petición dirigida
a Dios, a condición de que la oración no sea la expresión de la omnipotencia infantil del
deseo.
Esta rápida descripción invita a reconocer una extraordinaria...
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