La paralitica

Te toca la renga.
Suena el timbre del portero eléctrico. Se encienden luces. En un departamento humilde Andrade corre al portero eléctrico con una canasta de pan en la mano.
Andrade: ¿Hola? ¿Sí? ¿Mancchini?, no se oye… ¿Rodolfo? Soy Andrade del 3 piso interno. ¿Ve a un hombre por ahí? ¿Un hombre con una mujer? Fíjese si no está estociando un coche. ¿Hola?
Rica: (desde la ducha) ¡Bichito, subí elcalefón!
Andrade: ¡Está en tres, mi amor!
Rica: Entonces ponelo en cuatro, la puta que te parió.
A: (Corre al fondo y dice para si, riéndose) Ponelo en cuatro la pe que te pa. (regresa al portero eléctrico con una panera en la mano. Le dice Rica) Ya está, pero tené cuidado, (dice con rima) “a la piel de porcelana, agua tibia y seda china”…
Rica: ¡Callate, idiota!
A: ¿Hola? Sí… Rodolfo, dígaleque pase nomás. (Andrade nervioso deja la panera y pone una servilleta de papel en una pata de la mesa para equilibrarla. Suena el timbre. Toma unas flores y Abre la puerta) ¡Sr. Y Sra Mancchini! Placer de tenerlos en casa. (Mancchini agotado con una cartera de mujer y la tira en un sillón, habla desde la puerta sin saludar a Andrade. Andrade mira por el pasillo mientras dice como versito) Alhuésped de honor, honorable recepción.
Mancchini: Escuchame, ¿no tenés ascensor en el edificio?, hermano
A: (Sorprendido) No, son tres pisos por escalera.
M: Dejáme de joder, la concha de tu hermana. (Se recupera apoyando sus manos sobre las rodillas. Andrade lo mira y Mancchini grita enojado al pasillo. Andrade mira sin saber qué hacer.) ¡Ves que no podes! ¡Eh! ¿¡Una pavadita!? ¡Mirá como tengo elpulso! Me va a dar algo y va ser tu culpa, mirá como tengo la camisa, toda chivada, la putísima madre que me parió. (a Andrade) ¿Tenés algo para tomar?
A: Le puedo ofrecer tónica o coca.
M: No, pibe, un whisky, una legui, algo para tomar. (Andrade va y sirve un trago. Por la puerta aparece una silla de ruedas que ingresa sola. Detrás de la silla, arrastrada por el piso, ingresa Nuria de Mancchini.(Andrade va a ayudarla y Mancchini lo toma del brazo y le hace un gesto de que se quede ahí)
Nuria: Ya no se hacen escaleras con ese mármol, es precioso. ¿Me tenés la silla, mi cielo? (Mancchini sostiene con una mano la silla y con la otra el vaso. Marcia se trepa sola a la silla. Andrade se acerca a ayudarla.)
M: Deje, Andrade, el terapeuta le pidió que trabaje sobre su independencia. (le haceseñas con el vaso para que le sirva más alcohol)
N: (Ríe mientras trepa a su silla) El Dr. Chimino es un hombre muy compasivo, él hace una lectura integradora de la medicina junto el resto de los aspectos de la vida del paciente. Dice que la enfermedad no existe como tal, sino que es un aspecto constitutivo de la persona…
M: (interrumpe) Ahora no, Nuria, después le contás.
A: Es un placer conocerla,Sra. de Mancchini, su marido siempre habla de Ud. en la oficina. Yo la conocía por fotos y… y… en persona es mucho más… más hermosa… y…
N: No se aflija, Andrade. Walter es muy reservado con mi situación, prefiere no mezclar la intimidad con lo laborar; es prudente. En algunas civilizaciones las apoplejías están vistas como un castigo divino, pero…
M: ¡Nuria, no le rompas las pelotas al pibe!
N:(suave) La boca, mi cielo, estamos en casa ajena. (a Andrade) Es de mal hablado mi marido. Le quedó la costumbre de la colimba, dice él. ¡Qué rico se huele, Andrade! ¿Está cocinando, Ud.?
A: (Se alarma y corre a la cocina) ¡La salsa!
N: (Quedan solos con Mancchini. Ella Quiere tomar la cartera que está en el sillón o la silla y no llega, se estira con gran esfuerzo.) Mi tía Raquel vivía en undepartamento parecido en Santa Rita, decía que la luz la tenés todo el día en la calle, para la querés adentro de tu casa. Y tenía razón de alguna forma. (Mancchini no la nota, lee una revista. Ella se cae.)
M: ¿Qué haces?
N: Quería tomar la pastilla, mi vida.
M: (Se para, no la ayuda a subir. Busca en la cartera el frasco, saca una pastilla y se la da en el piso. Le ofrece su vaso de whisky.)
N: Es...