La Pregunta De Sus Ojos

Páginas: 306 (76280 palabras) Publicado: 27 de septiembre de 2011
Eduardo A. Sacheri

La pregunta de sus ojos

ALFAGUARA

© Eduardo Alfredo Sacheri, 2005

© De esta edición:

Aguilar, Altea, Taurus, Alfaguara, S. A. de Ediciones, 2009

Av. Leandro N. Alem 720

(1001) Ciudad de Buenos Aires

www.alfaguara.com.ar

ISBN: 978-987-04-1276-2

Hecho el depósito que indica la ley 11.723

Impreso en la Argentina - Printed in Argentina

Primeraedición: julio de 2009

Diseño: Proyecto de Enric Satué

Diseño de tapa: Claudio Carrizo

Fotografía de tapa: Virgilio Grajeda, © La República

***

A mi abuelita Nelly.

Por enseñarme lo valioso que es conservar y compartir la memoria.

Despedida

Benjamín Miguel Chaparro se detiene en seco y decide que no va. No va y punto. Al cuerno con todos. Aunque haya prometido lo contrario yaunque vengan preparando la despedida desde hace tres semanas y aunque hayan reservado la mesa para veintidós personas en El Candil y aunque Benítez y Machado hayan confirmado que se vienen desde el fin del mundo para celebrar la jubilación del dinosaurio.

Su gesto es tan abrupto que el hombre que viene caminando detrás de él, por Talcahuano y hacia el lado de Corrientes, casi se lo lleva pordelante y a duras penas logra esquivarlo bajando un pie de la vereda al pavimento para seguir andando. Chaparro odia esas veredas angostas, ruidosas y sombrías. Lleva cuarenta años transitándolas, pero sabe que no va a extrañarlas a partir del lunes. Ni las veredas ni tantas otras cosas de esa ciudad que nunca ha sentido como suya.

No puede fallarles. Tiene que ir. Aunque sea porque Machado seviene expresamente desde Lomas de Zamora, con todos sus achaques a cuestas. Y Benítez otro tanto. Aunque desde Palermo hasta Tribunales no es un viaje tan largo, el pobre está bastante hecho puré, sinceramente. Pero Chaparro no quiere ir. Está seguro de muy pocas cosas, pero esa es una de sus escasas certezas.

Se mira en la vidriera de una librería comercial. Sesenta años. Alto. Canoso. Lanariz aguileña, el rostro flaco. "Mierda", se ve obligado a concluir. Escruta el reflejo de sus propios ojos en el vidrio. Una novia que tuvo de joven solía burlarse de su manía de mirarse en las vidrieras. Ni a ella, ni a ninguna de las otras mujeres que han pasado por su vida, Chaparro ha llegado a confesarle la verdad: su hábito de mirarse en los espejos no tiene nada que ver ni con quererse ni congustarse. Siempre ha sido ni más ni menos que otro intento de aprender a saber quién carajos es él mismo.

Pensar en eso lo ha puesto más triste todavía. Camina de nuevo, como si el movimiento pudiese librarlo de las esquirlas de esa nueva tristeza adicional, añadida. Se vigila de tanto en tanto en las vidrieras mientras avanza sin prisa por esa vereda que no conoce el sol de la tarde. Yadivisa el cartel de El Candil, cruzando la calle, treinta metros más, a mano izquierda. Mira la hora: dos menos cuarto. Deben estar casi todos. Él mismo ha despachado a los de su Secretaría a la una y veinte para no andar a las corridas. No están de turno hasta el mes que viene, y ya tienen acomodado el carro con las causas del turno anterior. Chaparro está satisfecho. Son buenos chicos. Trabajan bien.Aprenden rápido. El pensamiento siguiente es "voy a extrañarlos", y como Chaparro no quiere chapalear torpemente en la nostalgia vuelve a detenerse. Esta vez no hay nadie detrás para atropellarlo: los que vienen en su dirección tienen tiempo de sortear a ese hombre alto, de blazer azul y pantalón gris que ahora se mira en el vidrio de una agencia de lotería.

Gira en redondo. No va.Definitivamente no va. Tal vez si se apresura puede alcanzar a la doctora antes de que llegue a la despedida, porque se ha demorado terminando una prisión preventiva. No es la primera vez que se le ocurre la idea, pero sí es la primera que consigue acopiar la módica valentía que necesita para intentar llevarla a cabo. O tal vez es simplemente que lo otro, lo de quedarse a su propia despedida, es un...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Estos documentos también te pueden resultar útiles

  • La pregunta de sus ojos
  • La Pregunta De Sus Ojos
  • La Pregunta De Sus Ojos
  • La Pregunta De Sus Ojos
  • La Pregunta De Sus Ojos
  • La pregunta de sus ojos
  • la pregunta de sus ojos
  • la pregunta de sus ojos

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS