Las Bienventuranzas
Páginas: 4 (869 palabras)
Publicado: 10 de diciembre de 2013
COMUNICARNOS Y COMPLEMENTARNOS (Alegría y paz)
Es frecuente la tentación el engaño de creer que, al tener menos contacto con los demás, tendremos mayor paz. Por el contrario, al “encerrarnos ennuestro mundito” y aislarnos, cada vez nos alegramos menos y sufrimos más, por cosa muy pequeñas que, en nuestro encierro, son vistas como de mayor magnitud.
Encontrarnos nos enriquece, nos permitecontemplar mejor, nos hace capaces de adaptarnos…
Si soy humilde, reconoceré que necesito a los otros y que Dios, siempre, me regala algo en esa comunión. Siempre recibiré algo de mi hermano. Para estoserá necesario que yo muestre interés y valoración al escuchar al hermano, sino él percibirá mi indiferencia y no se abrirá a mí.
El desafío será tener en cuenta la sensibilidad, preocupaciones eintereses del prójimo, para que mis palabras sean bien interpretadas.
Es importante dedicarle tiempo a los hermanos, si que mis afectos y pensamientos estén en otro sitio cuando estoy frente a él o aella.
También es muy valioso no estar siempre hablando del pasado y sí encontrar nuevos motivos para encontrarnos y comunicarnos, abriéndonos a los cosas nuevas y abandonando las melancolías…
Junto aJesús, que “no buscó su propia complacencia” (Gal 1,4), el cristiano, aprende “ a no atender a su propio interés, sino al de los otros” (Flp 2,4) y a no estar tan pendiente de sí mismo, par mejoratender a los demás, sin distancias, pero tampoco estando tan cerca que nos “asfixiemos”…
Desde Cristo, tomamos mayor conciencia de los hermanos: sus dolores, sus problemas, sus necesidades, sussoledades…Y recordamos que la caridad “todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo tolera” (1 Cor 13,7).
¡Cuántas veces, en lo que nos dicen o corrigen, hay bastante de acertado!.. Cuando,realmente se comprende, recién se puede ayudar a los demás. En las pocas manifestaciones externas de los otros, tendremos que captar su interioridad, para iluminarnos y para iluminar…
Escribe el p. Vícor...
Es frecuente la tentación el engaño de creer que, al tener menos contacto con los demás, tendremos mayor paz. Por el contrario, al “encerrarnos ennuestro mundito” y aislarnos, cada vez nos alegramos menos y sufrimos más, por cosa muy pequeñas que, en nuestro encierro, son vistas como de mayor magnitud.
Encontrarnos nos enriquece, nos permitecontemplar mejor, nos hace capaces de adaptarnos…
Si soy humilde, reconoceré que necesito a los otros y que Dios, siempre, me regala algo en esa comunión. Siempre recibiré algo de mi hermano. Para estoserá necesario que yo muestre interés y valoración al escuchar al hermano, sino él percibirá mi indiferencia y no se abrirá a mí.
El desafío será tener en cuenta la sensibilidad, preocupaciones eintereses del prójimo, para que mis palabras sean bien interpretadas.
Es importante dedicarle tiempo a los hermanos, si que mis afectos y pensamientos estén en otro sitio cuando estoy frente a él o aella.
También es muy valioso no estar siempre hablando del pasado y sí encontrar nuevos motivos para encontrarnos y comunicarnos, abriéndonos a los cosas nuevas y abandonando las melancolías…
Junto aJesús, que “no buscó su propia complacencia” (Gal 1,4), el cristiano, aprende “ a no atender a su propio interés, sino al de los otros” (Flp 2,4) y a no estar tan pendiente de sí mismo, par mejoratender a los demás, sin distancias, pero tampoco estando tan cerca que nos “asfixiemos”…
Desde Cristo, tomamos mayor conciencia de los hermanos: sus dolores, sus problemas, sus necesidades, sussoledades…Y recordamos que la caridad “todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo tolera” (1 Cor 13,7).
¡Cuántas veces, en lo que nos dicen o corrigen, hay bastante de acertado!.. Cuando,realmente se comprende, recién se puede ayudar a los demás. En las pocas manifestaciones externas de los otros, tendremos que captar su interioridad, para iluminarnos y para iluminar…
Escribe el p. Vícor...
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