"Lasitud, Indolencia y otros deformidades"

“En el “juego de la vida”, la lasitud representa la apuesta de quienes temen arriesgarse y su único beneficio es la indolencia”.


Aquel día trascurría como otro cualquiera en mi vida, me había acostumbrado a que fuera de éste modo, y sin embargo, ocurrió algo que lo cambió todo. Caí de repente en la cuenta de porqué eran iguales todos mis días, y porqué hacía tanto tiempo que no escribía.La razón es simple, se presentó ante mi con la sencillez de una joven doncella, que se desviste mostrando su belleza libre, sin ropajes extraños que la oculten, sin remordimiento. Así, de ésta forma comprendí que mis días no eran iguales, comprendí que sólo yo los vivía como iguales, porque queriendo o sin querer, me encontré paseando del brazo de la lasitud y la indolencia. Entre ambas dos ¿quéesperanza queda para el alma, para el sentimiento?

Lasitud e Indolencia

Explorar una actitud tan generalizada, en la sociedad de cualquier época, como la lasitud parece irrelevante: Definida por el Diccionario de La Real Academia de La Lengua Española como: “Desfallecimiento, cansancio o falta de fuerzas”, encontramos sobrados ejemplos a lo largo de la Historia, tanto en el pasado, como enel presente y los encontraremos sin duda en el futuro. A menudo quienes poseen la capacidad, ya sea intelectual, ya sea material, para denunciar la injusticia optan por justificarla... y así permiten su continuidad alegando que no es responsabilidad suya, o que se trata de una situación irresoluble

¿Qué decir de la indolencia? la cualidad del indolente, aquél que no se afecta ni conmueve.De éste modo cuando en virtud de esa comodidad, generada por la lasitud, empezamos a deformar nuestra conciencia y optamos por caminar fuertemente escoltados por ellas; estamos acabando lenta e inexorablemente con todo lo que nos hace humanos; permitiendo los más abyectos sentimientos.

Ese es, tal vez, el motivo que me llevó un “día cualquiera” a sentarme frente al ordenador, abrir undocumento nuevo, y verter en él pensamientos que llevo “mascullando”, aún sin saberlo, casi toda mi vida.

Es cierto­: algunas observaciones van más allá de los convencionalismos sociales por eso...

“hay quienes aún gustamos de observar calles vacías en plena madrugada y percibir la sensación de soledad que inspira un paisaje lluvioso en ciudades pequeñas”

Puede que aquéllos que contemplamosla soledad al fin, seamos capaces de percibir su revelador mensaje porque partamos de nuestro propio vacío, sin embargo esta reflexión nos conduce, como debe ser a otra interesante cuestión: ¿Qué eco se escucha cuando cesa toda voz? Quizá la propia presencia del vacío revele lo que el ruido y el caos pretenden ocultar. Pero... ¿Existe algo oculto que sólo el silencio desvele? Trataré deresponder con un ejemplo una experiencia personal ocurrida hace ya unos cuántos años en el Cementerio de Torrero (Zaragoza). La recuerdo con cariño y asombro, a pesar del tiempo transcurrido, porque pertenece a ese reducido universo de revelaciones “casuales” o “causales”, les dejo a ustedes escoger.

Desde una de las ventanas superiores del tanatorio, podía ver gran parte de los nichos y a laderecha de cada uno de ellos, comenzaron a encenderse pequeñas luces que los destacaban de la incipiente y húmeda oscuridad. Siempre que revivo aquel momento, acude a mí la misma sensación; una mezcla de vacío y plenitud, y pienso, ahora como entonces: “cada una de esas luces, representaba una vida, una alegría, una tristeza, una vivencia, un acierto, un fracaso, en definitiva... un mundo”Es previsible suponer que todas aquéllas personas que ahora descansan entre paneles de hormigón, se vieran abocadas en algún momento de sus vidas a la lasitud, impulsadas como nos ocurre a todos, por circunstancias ya sean propias o ajenas. Es igualmente posible que entre ellos hubiese quiénes alzaron su voz en más de una ocasión sin que nadie les oyese. Pues ¿acaso la lucha de quienes...