Leyenda del sol y la luna
-¿Quién se encargar de alumbrar el mundo?-preguntaron.
Entonces Tecuciztécatl, que era muy rico y muy bien vestido, se puso de pie.
-Yo tomo el cargo de alumbrar el mundo -dijo.
-¿Quién ser el otro? -preguntaron los dioses.
Pero nadierespondió, nadie quería tomar la carga. Uno a uno fueron bajando la cabeza hasta que sólo quedó el último, un dios pobre y feo, lleno de bubas y llagas, que se llamaba Nanahuatzin.
-Alumbra ti, bubosito-le dijeron.
-Así será -respondió Nanahuatzin mientras bajaba la cabeza-. Acepto sus órdenes como un gran honor.
Antes de poder convertirse en soles para alumbrar el mundo, los dos dioses tenían quehacer regalos y ofrendas. Para ello les construyeron dos gigantescos templos en forma de pirámide que aún ahora se pueden ver en Teotihuacán. Cada uno se sentó arriba de su pirámide y estuvo ahícuatro días, sin comer ni dormir. Tecuciztécatl ofrendó plumas hermosas de color azul y rojo, pelotas de oro y espinas rojas de coral de mar. Nanahuatzin no pudo regalar nada tan hermoso: en vez de plumasofreció yerbas atadas entre sí, ofrendó pelotas de heno en lugar de pelotas de oro y regaló espinas de maguey pintadas de rojo con su propia sangre. Mientras los dos dioses hacían penitencia, losotros prendieron una inmensa fogata en , la cumbre de otro templo.
Cuando terminó su penitencia, Nanahuatzin y Tecuciztécatl arrojaron al aire las cosas que habían ofrendado y bajaron de sus templos.Poco antes de la medianoche los otros dioses los vistieron para que se arrojaran al fuego. Tecuciztécatl se puso prendas de fina tela y un tocado de plumas; Nanahuatzin iba vestido con un maxtlatl y...
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