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Páginas: 77 (19004 palabras) Publicado: 19 de agosto de 2013


















































CARTA ENCÍCLICA
LUMEN FIDEI
DEL SUMO PONTÍFICE FRANCISCO
A LOS OBISPOSA LOS PRESBÍTEROS Y A LOS DIÁCONOS
A LAS PERSONAS CONSAGRADAS Y A TODOS LOS FIELES LAICOS
SOBRE LA FE
INDICE

1 La luz de la fe 3
2-3 ¿Una luz ilusoria? 3
4-7 Una luz por descubrir 5CAPÍTULO PRIMERO
HEMOS CREÍDO EN EL AMOR
8-11 Abrahán, nuestro padre en la fe 6
12-14 La fe de Israel 7
15-18 La plenitud de la fe cristiana 8
19-21 La salvación mediante la fe 10
22 La forma eclesial de la fe 12
CAPÍTULO SEGUNDO
SI NO CREÉIS, NO COMPRENDERÉIS
23-25 Fe y verdad 13
26-28 Amor y conocimiento de la verdad 14
29-31 La fecomo escucha y visión 16
32-34 Diálogo entre fe y razón 17
35 Fe y búsqueda de Dios 19
36 Fe y teología 20
CAPÍTULO TERCERO
TRANSMITO LO QUE HE RECIBIDO
37-39 La Iglesia, madre de nuestra fe 22
40-45 Los sacramentos y la transmisión de la fe 23
46 Fe, oración y decálogo 26
47-49 Unidad e integridad de la fe 26
CAPÍTULO CUARTODIOS PREPARA UNA CIUDAD PARA ELLOS
50-51 Fe y bien común 29
52-53 Fe y familia
54-55 Luz para la vida en sociedad 30
56-57 Fuerza que conforta en el sufrimiento 32
58-60 Bienaventurada la que ha creído (Lc1,45) 33

1 La luz de la fe: la tradición de la Iglesia ha indicado con esta expresión el gran don traído por Jesucristo, que en el Evangelio de san Juan sepresenta con estas palabras: « Yo he venido al mundo como luz, y así, el que cree en mí no quedará en tinieblas » (Jn12, 46). También san Pablo se expresa en los mismos términos: « Pues el Dios que dijo: “Brille la luz del seno de las tinieblas”, ha brillado en nuestros corazones » (2 Co 4,6). En el mundo pagano, hambriento de luz, se había desarrollado el culto al Sol, al Sol invictus, invocado asu salida. Pero, aunque renacía cada día, resultaba claro que no podía irradiar su luz sobre toda la existencia del hombre. Pues el sol no ilumina toda la realidad; sus rayos no pueden llegar hasta las sombras de la muerte, allí donde los ojos humanos se cierran a su luz. « No se ve que nadie estuviera dispuesto a morir por su fe en el sol »,1 decía san Justino mártir. Conscientes del vastohorizonte que la fe les abría, los cristianos llamaron a Cristo el verdadero sol, « cuyos rayos dan la vida ».2 A Marta, que llora la muerte de su hermano Lázaro, le dice Jesús: « ¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios? » (Jn11,40). Quien cree ve; ve con una luz que ilumina todo el trayecto del camino, porque llega a nosotros desde Cristo resucitado, estrella de la mañana que no conoceocaso.


¿Una luz ilusoria?
2 Sin embargo, al hablar de la fe como luz, podemos oír la objeción de muchos contemporáneos nuestros. En la época moderna se ha pensado que esa luz podía bastar para las sociedades antiguas, pero que ya no sirve para los tiempos nuevos, para el hombre adulto, ufano de su razón, ávido de explorar el futuro de una nueva forma. En este sentido, la fe se veía como unaluz ilusoria, que impedía al hombre seguir la audacia del saber. El joven Nietzsche invitaba a su hermana Elisabeth a arriesgarse, a « emprender nuevos caminos… con la inseguridad de quien procede autónomamente ». Y añadía: « Aquí se dividen los caminos del hombre; si quieres alcanzar paz en el alma y felicidad, cree; pero si quieres ser discípulo de la verdad, indaga ».3 Con lo que creersería lo contrario de buscar. A partir de aquí, Nietzsche critica al cristianismo por haber rebajado la existencia humana, quitando novedad y aventura a la vida. La fe sería entonces como un espejismo que nos impide avanzar como hombres libres hacia el futuro.
3 De esta manera, la fe ha acabado por ser asociada a la oscuridad. Se ha pensado poderla conservar, encontrando para ella un ámbito que...
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