Lo que sea.

Nosotros nos hemos caracterizado por ignorar la realidad, la que siempre está ahí, pero la verdad nos da miedo asomarnos y aceptarla. Como la muerte todos estamos destinados a ella pero ningunoquiere aceptarlo.
El día de hoy les he venido a hablar sobre un mundo paralelo que está ahí y siempre ha estado, pero nunca le prestamos importancia aunque pasemos a su lado cada día, mientras vamos atrabajar o estudiar ya que ellos son el espejo donde nunca nos quisiéramos ver. Mi nombre es Valentina Monsalve y les vengo a hablar de los habitantes de las calles.
Nosotros, solemos sentirnosalejados de los indigentes, pasamos a su lado, y aparte de sentir miedo, pensamos que son menos que nosotros, que son escoria social y que nunca llegaríamos a eso, pero que tan alejados estamos de surealidad?
Raúl León Pérez, un habitante más de la avenida del río; tenía 39 años y llevaba siete viviendo en la calle. Se había graduado de Comunicación Social –Periodismo en la Universidad de Antioquiay había estudiado en Francia para ser chef internacional. Su vida parecía encaminada al triunfo, pero un “demonio” lo perseguía a todas partes: el bazuco. “Nunca pude dejarlo, nunca quise dejarlo.Conocí las drogas en la universidad y me enamoré, de esa calma que me producía ingerirlas. Probé de todo, pero el bazuco era lo mío”, dice Raúl, hoy con 52 años, enfermo de sida .
En la calle noexisten géneros, es un todos con todos, y a la ves un todos contra todos, literalmente la supervivencia es del más fuerte. Se es testigo de crímenes como víctimas y victimarios.
En Medellín se encuentrancasi tres mil 500 habitantes de calle, según cifras de Bienestar Social, aunque la fundación Maki Wailluna habla de ocho mil. En el paseo del río, entre los puentes de El Mico y San Juan, viven cercade 900, bajo las órdenes de varios caciques sanguinarios. “Por acá la gente buena no puede pasar. A ninguna hora. Todos los que vivimos en el río somos o hemos sido malos. Todos tenemos un ‘bulto’...