Lo recuerdo bien

Lo recuerdo muuuuy biiien!
 
Cuando recibía juguetes en navidad, aunque regularmente no recibía lo que había pedido, si no lo que al Querido Santa se le daba su recanija gana, o más bien lo que podía comprar.
 
Quedé con cierto recelo hacia el viejo gordito y barbón que la Coca Cola inventó para que los Papás sufrieran en vísperas de navidad y los hijos se frustraran cuando no recibían loque pedían en sus cartas, que en mi tiempo no volaban, se quedaban en tierra o en la basura, no como ahora que surcan el cielo en flamantes globos de colores, digo flamantes no porque sean de imagen distinguida, si no por el gas que contienen, seguro que con un cerillo, emiten flama. ¿o no?
 
 
Regresando a lo del obeso colorado, durante varios años, ya hasta la cuenta perdí, en donde haciéndomeguey de que no sabía quién era el tal Santa Clos, hacía mi cartita con la mejor letra que me salía, letra que a la fecha no mejoró a pesar de cursos intensivos de bolitas y palitos.
 
Querido Santa (Quesque querido, sólo conocía a los Santas prietos del paseo bravo y no me provocaban la menor querencia )
 
Quiero que me traigas una “Avalancha” color azul, porque el azul es mi color preferido 
Año tras año, la misma pedidera y año tras años la misma chingadera
 
Nunca recibí tan deseada avalancha
 
Ah pero a mis amigos si los quería el Querido Santa y les traía lo que pedían
 
En una de esas, a mi amigo le trajeron la suya, y pa luego es tarde a estrenarla, me trepé parado, no sentado, como lo mandan los cánones del buen conducir avalanchas. En el vehículo provocador de misenvidias de mi amigo, y en friega de bajada por el pasillo, que chido, me sentía el mejor conductor de trineos con perros blancos de a mentís, y hay te voy ajúa, ajúa, jepa, ándale. Pero el mendigo de mi amigo al ver que estaba disfrutando de tan codiciado objeto de mis deseos, ¡Madres! Que me da un aventón que mis perros blancos de a mentís, no obedecieron mis órdenes y salí volando surcando elcielo como las cartas voladoras, cayendo en tan redondas piedras, rompiéndome el brazo izquierdo (a quien se le ocurriría llevar tanto pedrería a la colonia) sintiendo en mi brazo como si los perros blancos de a mentís, me dieran tremendos mordiscos, por pendejo diría mi Madre
 
Y como en ese entonces lloraba hasta porque el aire me llevaba la contra, mi Madre no me peló, no se inmutó por mismejores y más grandes lloriqueos, que ésta vez si eran de a devis
 
Dos horas de lágrima y moco fueron suficientes para ablandar tan duro corazón y que me llevara a la clínica y de allí al Centro Médico (San Alejandro) en ambulancia con sirena luces y toda la cosa
 
El mejor conductor de trineo con perros blancos de a mentís, ahora tenía su yeso bien blanco de a devis.
 
De allí mi desencantopor tan solicitado juguete, también mi primer desencanto por la traición de un amigo.
Después de tan doloroso evento cambie el contenido de la carta no voladora
 
Querido Santa (otra vez dale con la querencia)
 
Quiero que me traigas un Hombre de Acción (Ahora ya tiene nieto Max Steel) y un carrito de metal.
Pues el Querido Santa me trajo un Sargento Stone y carrotes de plástico
 
Ya hastaestaba dudando que el Querido Santa supiera leer tan espantosa letra y que uno de sus duendes le leía a su gusto al Querido Santa para vengarse de tan fea letra y me traía otra cosa que no había pedido, hay del duende en cuanto lo vea le parto su mauser
 
Han de saber que el Sargento Stone es el remedo de un Frankestein todo tieso y con uniforme de soldado pintado al cuerpo (cuando vayan a micasa se los enseño) y el Hombre de Acción ágil y guapo como el que escribe estas jaladas.
 
Y los carros de plástico, ni la pena vale comentarlos, no tienen comparación con los carritos de metal entonces Made in Germany.
 
Llore y llore (para variar) con todos mis juguetes de PLÁSTICO entre mis piernas y mi hermana, no llores mira qué bonito, mira son muchos, mira ¡Madres que!, yo quería mi...