Loh Pesho

Desperté en un lugar oscuro, iluminado solamente por unas intermitentes luces de pasillo; cada segundo trataba de de saber si estaba despierto o era tan solo un sueño, pero mi cuerpo no me obedecía, solo lo hacían mis ojos. Usando mis ojos pude visualizar dos sombras que corrían a mi lado; uno a la izquierda y uno a la derecha, ambos sostenían un lado de lo que parecía ser una camilla a la queyo me encontraba sujeto de brazos y piernas, estos sujetos parecían doctores por sus vestiduras blancas y rojas.
De repente uno de estos supuestos doctores ve que me encuentro consciente, y de una forma muy tranquila dice:
-Tranquilo hijo te curaremos pronto, no tengas miedo es algo común ni te darás cuenta y estarás de vuelta en las calles haciendo lo que te plazca-
Haciendo ungran esfuerzo por hablar solo pude escupir un par de palabras:
- ¡Me duele¡ - señalándoles el pecho
-tranquilo es normal ya verás que en cuestión de tiempo ni recordarás éste momento-y me sonrió de una manera muy perturbadora. Al escuchar esas palabras me di cuenta de que no recordaba por que estaba en una camilla, no recordaba haber estado en un accidente ni nada por el estilo, entonces intentérecordar lo sucedido…
Recordaba estar en mi pieza, recostado en mi cama como siempre mirando hacia el techo y por la ventana apareció mi vecino, el Señor Álvarez. Éste hombre era famoso en el vecindario por su actitud huraña y algo neurótica, pero nunca había tenido problemas con nadie(al menos que se supieran).Me fue extraño que se me acercara por la ventana, ya que es muy distante contodos, pero más me extraño su pregunta:
-¿Por qué no ves televisión como los demás?
- No me agrada lo que hay para ver- contesté
- ¡Me parece muy bien¡ -contestó de manera muy alegre, lo que me extrañó aún más.
- Y ¿A qué viene tanto interés en lo que hago?- admito que fui algo brusco para preguntar
- No te alteres jovencito, te he observado hace tiempo y me di cuenta que no erescomo el resto de los jóvenes
- No lo sé, solo me gusta ser como soy- respondí
- Eso está muy bien. Pero… ¿no te sientes solo de vez en cuando?
-Para ser sincero, algunas veces me he sentido solo, es que, siento que no encajo y la verdad no me gustaría hacer cosas que no me agradan solo por sentirme aceptado, no sería yo mismo.
-Me recuerdas a mí cuando joven, bueno adiós me alegró teneresta conversación, si algún día necesitas mi ayuda en algo o te sientes muy solo, pues mi casa es tu casa, serás mas que bienvenido- diciendo estas palabras se alejó con una sonrisa muy agradable.
Unas horas después recuerdo estar en mi patio sentado con mi fiel Hachiko (un pequeño perro), jugábamos como todos los días y de repente noté que la gente del vecindario me miraba como si fuerauna clase de monstruo, creí haber visto esa mirada antes, pero había decidido ignorarlas, intenté hacerlo de nuevo, pero esta vez fue muy molesto; me miraban y hablaban de mí, y a juzgar por sus rostros no era nada bueno. Empecé a creer que no era solo mi vecino quien me observaba a diario...
Lo último que recuerdo es ir entrando a mi casa con mi fiel perrito y al abrir la puerta oí una sirenamuy bulliciosa, como de policía; en ese momento Hachiko comenzó a ladrar de una manera desesperada como nunca lo había visto y al tratar de calmarlo sentí un adormecimiento en mi cuello que recorrió todo mi cuerpo.
Ahora me encontraba en este lugar frío donde me habían llevado éstos hombres. Lo peor era que no sabía la razón por la que me encontraba aquí. En ese momento ingresó uno de loshombres, se me acercó con una serie de jeringas que tenían nombres como si se tratara de medicinas para mi supuesto problema.
-¿Qué tengo?- pregunté
-Tranquilo, está muy bien que seas diferente, pero no podemos soportar a alguien así hoy en día, tienes una identidad muy marcada y debemos quitártela del pecho antes de que tus vecinos se quejen más -decía esto mientras se colocaba una...