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INTRODUCCIÓN
El tradicional incremento de precios de mercancías (particularmente de los alimentos de la canasta básica) que ocurre el primer mes de cada año, conocido popularmentecomo la “cuesta de enero”, ha tenido características específicas. Ejemplo de estas son el aumento de la leche subsidiada que expende Liconsa, sumada al de la tortilla (que llegó en algunoslugares hasta 18 pesos el kilo, tres veces el precio promedio previo) y el del huevo, con la posibilidad de que suceda igual con las carnes (pollo, res y cerdo), entre otros productos(gasolina, diesel, varilla para construcción) y servicios (peaje de carreteras). Estos incrementos se desarrollan en un contexto en donde el salario mínimo general se incrementó en 1.89 pesosdiarios (3.9 por ciento nominal y 0.4 por ciento real).

El asunto crucial de esta problemática es, en gran medida, dilucidar si el efecto de tales incrementos en sí mismos afectaranel mencionado aumento salarial y, complicando aún más la situación, si desencadenaran una escalada o espiral inflacionaria (por ejemplo, el incremento en los precios de todo consumorelacionado con la tortilla) que empeore aún más la capacidad adquisitiva de las personas y familias -sobre todo de las de menores ingresos-. Aunado a lo anterior, la proyección actual de lainflación contempla que bajará el consumo, sin embargo, el crecimiento de la economía será uno por ciento menor al del año pasado.

Por lo anterior, puede entenderse que el aumentoconstante en los precios de los productos de uso común, característicos de la canasta básica, afecta principalmente a los sectores más vulnerables de la sociedad. Sin embargo, medianteestrategias realistas, es probable que esta problemática -si bien no se erradique-, se mantenga bajo un nivel de constancia, cuyos efectos sean menos perjudiciales a la sociedad en general.