los almanaques.villaroel

Los almanaques y Diego de Torres
Villarroel
I. Introducción1
Los almanaques que Torres publica en las Obras completas de
1752 no aparecen íntegros, pues se han eliminado las efemérides, cómputos del año y demás informaciones variopintas que
se estilaban. En este trabajo se estudia, por tanto, aquella parte
que contiene la introducción al juicio del año, apartado de mayor
interés literario.Con todo, no trataremos única y exclusivamente ese aspecto, con lo que no incidiremos sólo en lo que tienen
de literario los almanaques de Torres Villarroel, sino que se
buscará dar una información más o menos exhaustiva de los
precedentes del género, la estructura completa que adquiere el
(1) Hay que advertir que este trabajo no parte de un análisis de todos los almanaques de TorresVillarroel. Estudiamos sólo los que se publicaron bajo el título de
Extracto de los pronósticos de Torres Villarroel (desde el año de 1725 hasta el de 1753) en
los volúmenes X y XI de las Obras completas reeditadas en 1795 a partir de la edición de
1752. No abordamos aquí, pues, los primeros que escribió antes de 1725, es decir, tres
almanaques: Ramillete de los astros (para el año de 1718), Elembajador de Apolo y volante
de Mercurio (para el año de 1721) y Melodrama astrológica (para el año de 1724), si bien
este último, como Emilio Martínez Mata ha puntualizado [en prensa], fue incluido posteriormente, con algunas variantes, en la edición de los extractos de 1738 como almanaque para el año de 1726, y recogido, por tanto, en las ediciones sucesivas de 1752 y en la
de 1795. Tampococonsideramos los publicados desde 1754 a 1766, doce en total.

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almanaque con Torres Villarroel y los aspectos que le individualizan y le distancian del resto de piscatores que siguieron
sus mismos pasos, contribuyendo a divulgar con éxito un género de la literatura popular de especial importancia social, económica, e incluso política, en elsetecientos, y que hasta el
momento ha sido poco conocido y menos estudiado. Para abordar todos estos aspectos son muy útiles aquellos apartados
menos relevantes, literariamente hablando, como puede ser la
dedicatoria o el prólogo al lector.

II. Los almanaques: primera aproximación al género.
En el siglo XVIII español se dio “una especie de polarización social y literaria conforme a la cual,mientras los literatos,
letrados y eruditos se hacen, de día en día, más “racionalistas”,
los elementos populares siguen intolerantes y aun exageran la
credulidad y la beatería, hasta llegar a grados que molestan a
los “cultos”.2 Bien se puede aplicar esta cita a los almanaques y
pronósticos de Torres Villarroel, pues si por una parte recibió
las represalias de los representantes de la másavanzada ilustración: Feijoo, Martín Martínez y Moratín hijo, entre otros (llegan
incluso a ser prohibidos este tipo de escritos en 1767, si bien por
cuestiones políticas), por otra, no sólo dio popularidad y éxito a
los almanaques, sino que los elevó, con sus modificaciones
estructurales, estilísticas y literarias, a la categoría de género
narrativo y abrió el camino a muchos otros cultivadores delmismo entre “los aplausos y vítores del vulgo”.
La difusión muchas veces oral, y la propia temática de los
almanaques, les sitúa dentro del género de la literatura popular. Eran los ciegos los encargados de difundir por la calles
aquellos aspectos más entretenidos y del gusto del público de
unas obras cuya materia (que tendía a organizarse en estructu(2)
24.

Caro Baroja, Julio, Ensayosobre la literatura de cordel, Istmo, Madrid, 1990, p.

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ras temáticas constantes, incluso de unos autores a otros) podía
variar dentro de los pronósticos de un mismo autor. Este es el
título y subtítulo de un pronóstico de Francisco de Huerta y
Aguilera, para el año de 1748, muy revelador del espíritu que
impregnaba estas...