Los Extraños Animales Del Camino En Marmato Caldas
Páginas: 4 (766 palabras)
Publicado: 9 de agosto de 2012
LOS EXTRAÑOS ANIMALES DEL CAMINO
En los albores de 1948, un año aciago de ingrata recordación al registrarse uno de los sucesos políticos más absurdos de que se tenga conocimiento que involucroa los mal llamados godos y cachiporros de aquella infausta era de la historia colombiana, Conrado un hombre de mediana contextura, luciendo pantalón de dril con pasadores entrecruzados y bocamangaestilo campana, al filo de la media noche culmino su tarea de molinero en El Colombiano y se dirigió afanosamente a un pintoresco paraje al pie del mítico cerro de oro de Marmato, un pueblo lleno deleyendas, mitos y tradiciones.
Tranquilamente caminaba por el sendero que conduce a “EL Llano”. Justamente a la altura de la casa de Sara Montaño, una apacible mujer que preparaba deliciosasempanadas con las que saciaban el voraz apetito los feligreses que los domingos se daban cita para asistir a misa de once en la Iglesia Santa Bárbara, patrona del pueblo, cuando en la oscuridad de la nochesúbitamente topo con una alargada puerca blanca, flácida, emitiendo profundos y aterradores gruñidos por un prolongado hocico que le daba un aspecto tétrico y asustadizo.
Alelado por el inesperadoencuentro, quiso apartarse a la vera del camino para esquivarla, pero la macilenta criatura con rápidos y agiles movimientos envolventes se lo impedía una y otra vez.
Enfadado, desenfundo la“Guacharaca” que portaba al cinto para deshacerse del furibundo animal, que con sorprendente habilidad esquivaba todos los lances sin lograr alcanzarla con el afilado machete.
La desigual lucha entre elhombre y la reina de lo espeluznante lo dejo exhausto. Mientras el viento chirriaba misteriosamente entre la arboleda, la transmutación del ángel del mal se esfumo, sin dejar huellas, en el salientefrio de la madrugada.
Enfundo su niquelada guacharaca con empuñadura de cuerno de res. Con los cabellos crispados supero los alrededores del derruido camposanto parroquial, una antiquísima...
En los albores de 1948, un año aciago de ingrata recordación al registrarse uno de los sucesos políticos más absurdos de que se tenga conocimiento que involucroa los mal llamados godos y cachiporros de aquella infausta era de la historia colombiana, Conrado un hombre de mediana contextura, luciendo pantalón de dril con pasadores entrecruzados y bocamangaestilo campana, al filo de la media noche culmino su tarea de molinero en El Colombiano y se dirigió afanosamente a un pintoresco paraje al pie del mítico cerro de oro de Marmato, un pueblo lleno deleyendas, mitos y tradiciones.
Tranquilamente caminaba por el sendero que conduce a “EL Llano”. Justamente a la altura de la casa de Sara Montaño, una apacible mujer que preparaba deliciosasempanadas con las que saciaban el voraz apetito los feligreses que los domingos se daban cita para asistir a misa de once en la Iglesia Santa Bárbara, patrona del pueblo, cuando en la oscuridad de la nochesúbitamente topo con una alargada puerca blanca, flácida, emitiendo profundos y aterradores gruñidos por un prolongado hocico que le daba un aspecto tétrico y asustadizo.
Alelado por el inesperadoencuentro, quiso apartarse a la vera del camino para esquivarla, pero la macilenta criatura con rápidos y agiles movimientos envolventes se lo impedía una y otra vez.
Enfadado, desenfundo la“Guacharaca” que portaba al cinto para deshacerse del furibundo animal, que con sorprendente habilidad esquivaba todos los lances sin lograr alcanzarla con el afilado machete.
La desigual lucha entre elhombre y la reina de lo espeluznante lo dejo exhausto. Mientras el viento chirriaba misteriosamente entre la arboleda, la transmutación del ángel del mal se esfumo, sin dejar huellas, en el salientefrio de la madrugada.
Enfundo su niquelada guacharaca con empuñadura de cuerno de res. Con los cabellos crispados supero los alrededores del derruido camposanto parroquial, una antiquísima...
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