los lupanares de pompeya
Al dueño de la casa le pusieron verde con un grafiti
Y para muestra un botón: hay una ínsula en Pompeya que investigan arqueólogos e historiadores españoles, dirigidos por José María Luzón. No es una cervantina Barataria, sino una manzana de casas, en un barrio degente acomodada: La ínsula VII-6. En el dintel de una de las grandes casas, la 28, según nos cuenta la estudiosa de los grafitos pompeyanos, Macarena Calderón, figura el nombre de su dueño, un tal Secundus. Pues en el interior, en una de las paredes, hay un grafiti que dice: «Secundus felator rarus». La traducción más correcta sería: «Secundus es un chupador poco frecuente». ¿Elogio? ¿Venganza?«Restituta es casta», decían para distinguirla de otra que no lo era
La ínsula VII-6 es el lugar en el que José María Luzón ha dirigido proyectos tan vanguardistas como el de la Casa de la Diana Arcaizante, todo un alarde arqueológico y tecnológico que ha servido para reconstruir la vida en esta importante casa pompeyana. A pocos metros de allí alguien escribió en un muro «Restituta casta», es decirun elogio a la castidad de una matrona llamada Restituta que vivía en las inmediaciones. ¿Por qué? Para diferenciarla, seguramente, de otra Restituta muy popular en el barrio, la meretriz de guardia.
También allí mismo hay un grafiti que podría compararse con el inocente «tonto el que lo lea» que todos conocemos. Solo que en Pompeya incluso el «tonto el que lo lea» más común era una pintada decargado carácter sexual. Se dice así: «Et quiscripit felat», «el que escribió la chupa».
La ciudad, verdadera cápsula de tiempo, se abre en cada muro a las historias que los arqueólogos de medio mundo no han dejado de estudiar desde tiempos de Carlos III. Se cuenta que el mejor alcalde (y arqueólogo) de la época mandó parar una excavación cuando descubrieron que la maravillosa escultura de un faunoque habían encontrado terminaba más abajo en una impúdica coyunda con una cabra vieja.
Una visita al Lupanar
Sea como fuere, tal y como demuestra el libro de Mary Beard «Pompeya. Historia y leyenda de una ciudad romana» (Crítica), la mujer era mucho más visible en Roma (compraba, cenaba con hombres, disponía de su fortuna) que en otras civilizaciones. Pero era un mundo de hombres en el que elestatus, el poder y la buena suerte se expresaban a través del miembro viril. Por eso hay falos dibujados, esculpidos y tallados sobre los dinteles, en los hornos de pan, tallados en la calzada, y miembros con campanillas que sonaban al abrirse la puerta o agitarse el viento. Incluso penes con alas. Este último icono, el ave pene es, para Mary Beard, mezcla de chiste y de celebración impúdica.Los ricos se desahogaban con esclavas y los pobres con meretrices
La mujer era visible y sostenía, como ciudadana, la administración de la casa y la crianza de los hijos. Pero no controlaba su vida ni su sexualidad, máxime si era esclava. La fidelidad a la esposa no era muy apreciada por los romanos, ni siquiera era ejemplar, una virtud digna de admiración. Aunque el acoso sexual a los hijos ymujeres de miembros de la clase alta sí estaba mal vista, la tensión sexual a menudo se liberaba gracias a la disponibilidad de esclavas y esclavos que los miembros eminentes de la sociedad mantenían accesible. Los pobres, eso sí, que no podían permitirse la sumisión de sus esclavos, recurrían a la prostitución.
La fidelidad poco valorada
A cambio de esa falta de valoración de la fidelidad,...
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