Mas cerca

 Extrema cercanía
Me cuesta dominar la ansiedad que siento en este instante. Estoy agotada, agotada hasta no poder más, por esta agonía. No le encuentro sentido a nada. Por fin, me han dejado tranquila y he podido sentarme a transcribir libremente mi laberinto de pensamientos.
Es septiembre, octubre, octubre o noviembre, del 2008 o 2009, no lo sé. Es miércoles o jueves, tal vezdomingo, pero realmente no me importa. He pasado tantos años en este lugar, que he perdido la noción del tiempo. Paso mis días observando por la ventana cada amanecer y anochecer. Cada minuto es una eterna espera. Espera aun no sé de qué. Lo raro es que no recuerdo mucho, pero siento un dolor tan grande que me provoca ciertos destellos en mi mente, que me trasladan a aquellos años.
Entre todos losrincones de mis recuerdos, muchos de ellos en blanco, contaré los que están bien claros. Esos, por alguna razón, no han desaparecido.
La tarde era hermosa, en el cielo se formaba diferentes formas con las nubes blancas, la gente salía a la calle a caminar bajo ese paisaje tan único. Era una de esas tardes de noviembre, tan cálidas y disfrutables. Creo que estábamos en 1999.No sé bien.
Yo estabaarreglando el jardín, plantaba margaritas y pequeños arbustos. Todo para la llegada del verano. Tenía que verse increíble. O por lo menos intentarlo.
De pronto, no veía nada, todo se volvió negro, pero algo me decía que todo estaba bien, porque lo presentía.Me alivié. Era Ethan, mi marido. Había vuelto del trabajo y estaba cubriéndome los ojos. Siempre tan silencioso y bromista.No lo habíaescuchado entrar.
-Lia!-me dijo como con travesura-No me escuchaste entrar, otra vez. Vas a tener que poner llave cuando me voy, ¿si? Un día alguien te va a sorprender y no voy a ser yo.
-Si ya lo sé, es que siempre me entretengo con algo y me olvido.Perdón.-me disculpé-¿Cómo te fue hoy?
-Bastante bastante bien ¿eh? Tomá, esto es para vos-me dijo, mientras me entregaba un ramo de flores y unacaja de bombones de mis favoritos.Me alegré.
-¡Ay!, muchas gracias! Me encantan!-le agradecí varias veces...Pero contame,¿por qué tanta alegría hoy?-reí.
-Bueno…hoy me ascendieron. ¡Por fin!-exclamó- y me siento muy bien como ves-rió.
-Pero ¡qué buenas noticias! ¡Sí! ¡Te felicito, te felicito!-grité emocionada-Vos te lo merecés, de verdad-y lo abracé.
Todo era muy bueno ese día, parecía quedesde ese momento todo cambiaría a partir de esas palabras. Disfrutaríamos mucho más las cosas. Y tal vez podríamos hasta irnos de vacaciones. Pero todo era demasiado bueno. Y como siempre, toda felicidad está siendo acechada por toneladas de tristezas y dolor que quieren destruirla.
Esa noche, la tango grabada en mi cerebro como si hubiera sido apenas hace unas horas. Recuerdo que me desperté alas 4. No veía nada. Pero sentía que algo faltaba.Claro, era Ethan, no estaba. Seguramente lo habían llamado del trabajo para que fuera a resolver algún problema. Y él era tan amable y tan responsable con su empleo que nunca le fallaba a su jefe. Era una excelente persona.-Una de las razones por las que yo lo amaba tanto- Debía cumplir con todo, ya que lo habían ascendido. Así que decidícomprobar mi idea. Bajé a la cocina y vi una nota sobre la mesa:
Me fui al trabajo. Me llamaron porque necesitan mi ayuda con unos programas y lo necesitan para mañana. Vuelvo para el mediodía. Acordate, cerrá
bien todas las puertas. Te amo.
Ethan
Sí, era tal como yo pensaba-reí. Y me fui a dormir de nuevo.
A las seis de la mañanasonó el teléfono. Me levanté. Atendí. Era el señor Nazael, el jefe de mi esposo. Al oír su voz, me sorprendí . Me dijo que porqué Ethan no llegaba al trabajo. En ese momento me desesperé y me helé ¿Cómo era posible que aun no hubiera llegado? Él nunca había hecho eso y yo sabía que tampoco era capaz de hacerlo. No sabía qué pensar. Muchas cosas pasaban por mi cabeza.
Cuando colgué, lo primero...