Medico A Palos
MOLIÉRE
ESCENA PRIMERA
BARTOLO, MARTINA
Bartolo: Válgame Dios, y qué duro está este tronco. Le doy con todo y él maldito no se parte... ¡Mucho trabajo es éste!...Además hoy hace demasiado calor, no puedo más...Lo dejaré para después. Ahora vendrá muy bien un rato de descanso y un cigarrillo, después continúo con mi triste vida... Allí viene mi mujer. ¿Qué traerá debueno?
Martina: (Sale por el lado derecho del teatro) Holgazán, ¿qué haces ahí sentado, fumando sin trabajar ¿Sabes que tienes que acabar de partir esa leña e ir a venderla, y ya es cerca de mediodía?
Bartolo: Bueno lo haré mañana.
Martina: Mira qué respuesta.
Bartolo: Perdóname, mujer. Estoy cansado, y me senté un rato a fumar un cigarro.
Martina: ¡Por qué me tenía que casar con unhombre tan flojo y bueno para nada! Levántate y trabaja.
Bartolo: Espera un rato mujer, si acabo de sentarme.
Martina: Levántate.
Bartolo: Ahora no quiero, dulce esposa.
Martina: ¡Hombre sin vergüenza! ¡Holgazán! ¡Inútil! ¡Maldito el día que me casé contigo!
Bartolo: ¡Ay, qué trabajo es tener mujer! Bien dice Séneca que la mejor es peor que un demonio.
Martina: Miren al inútilcitando a Séneca.
Bartolo: ¿Inútil? A ver, a ver, búscame un leñador culto como yo, que sepa la mitad de lo que sé, y que haya trabajado seis años con un médico tan renombrado y culto con el que aprendí muchas cosas cultas.
Martina: Ay Bartolo. Maldita la hora en que me casé contigo.
Bartolo: Y maldito sea el juez que nos casó.
Martina: Holgazán, borracho.
Bartolo: Cuidado con lo quedices.
Martina: Yo te haré cumplir con tu obligación.
Bartolo: Me terminaste por colmar la paciencia.
(Se levanta desperezándose, encamínase hacia el foro, coge un palo del suelo y vuelve.)
Martina: Y ¿me tengo que asustar acaso?
Bartolo: Mira que te he de cascar, Martina.
Martina: No me asustas borracho asqueroso.
Bartolo: Repito. Te voy a cascar.
Martina: Infame.
Bartolo:Te voy a cascar.
Martina: ¿A mí? Cerdo, bueno para nada, canalla, cobarde, a qué no te atreves.
Bartolo: (Dando de palos a Martina) ¿Sí? Pues toma.
Martina: ¡Ay!¡Ay!¡Ay!¡Ay!.
Bartolo: Este es el único medio de que calles... Vaya, perdóname Martina.
Hagamos las paces. Dame esa mano.
Martina: ¿Después de haberme hecho lo que me hiciste monstruo?
Bartolo: ¿No quieres qué hagamoslas paces? Si eso no ha sido nada. Vamos.
Martina: No quiero.
Bartolo: Vamos, amor.
Martina: No quiero, no.
Bartolo: Malditas estas manos, que han sido la causa del enfado de mi esposa...Ven, dame un abrazo
(Tira el palo a un lado y la abraza.)
Martina: ¡Te odio!
Bartolo: Yo sé que me amas... Perdóname, esposa mía. Entre dos que se quieren, diez o doce garrotazos más o menos novalen nada...Voy a seguir cortando leña haré una carguilla y mañana con la carretilla me la llevaré para venderla. (Hace que se va y vuelve) Dentro de poco hay feria en Buitrago; si voy allá, y tengo dinero, y me acuerdo, y me quieres mucho y me perdonas te he de comprar una peineta de concha con sus piedras azules.
(Toma el hacha y unas alforjas y se va por el monte adelante.
Martina se quedaretirada a un lado, hablando entre sí.)
Martina: Maldito troglodita, me las vas a pagar...Me vengaré de este borracho. Será un castigo merecido para este bribón. Ya verá que conmigo no debió meterse.
ESCENA SEGUNDA
MARTINA, GINÉS, LUCAS. (Salen por la izquierda)
Lucas: Vaya...ojalá que la comisión por este trabajo valga el esfuerzo.
Ginés: ¿Qué quieres, amigo Lucas? Es nuestro deberobedecer a nuestro amo; además que la salud de su hija a todos interesa... Es una señorita tan afable, tan alegre, tan guapa...
Lucas: Pero, hombre, ningún médico que ha venido a visitarla ha descubierto su enfermedad
Ginés: Su enfermedad bien a la vista está; el remedio es el que necesitamos descubrir.
Martina: (Aparte) ¡No se me ocurre como vengarme de este animal!
Lucas: Veremos...
Regístrate para leer el documento completo.