mi pasatiempo

Lloraba en el baño mientras la sangre brotaba por mis heridas, sentía la muerte acercarse, al fin la paz que tanto había esperado había llegado, cuando cerré los ojos creí que todo habría terminado pero no fue así, mi hermano entro antes de que sucediera. Abrí los ojos en el hospital toda la sangre que perdí volvió a estar dentro de mí pero no era la mía, tenía vendas alrededor de las muñecas,seguía llorando — ¿Cómo fue que fallé? — me repetí hasta caer en la desesperación, en eso mi hermano, con los ojos hinchados se acercó, me recogió un mechón de cabello de tras de la oreja, arrastró una silla, se sentó lentamente en ella, sostuvo su cabeza entre las manos, me miró, las lágrimas volvieron a recorrer sus mejillas, tomó mis manos entre las suyas, las besó y lloró más fuerte.

Porprimera vez sentí culpa, jamás lo había visto de esa forma, creí que él iba estar feliz, ya no tendría que lidiar con mis problemas pero en lugar de eso, está aquí llorando con sus manos sobre las mías. Levantó la cabeza y dijo
Te vas a ir con mamá — vi la tristeza en sus ojos.
¡¿Qué?! — no quería volver con esa bruja por alguna razón había escapado de ella
Ya no es la misma mujer de antes, yaestá rehabilitada—
¿Por qué? —
Porque con ella estarás mejor, además vive en un lugar tranquilo donde cosas como esta jamás volverán a pasar, por favor entiende lo que estoy haciendo, no tengo tiempo para cuidarte y eso fue la causa de esto pasará—
Bajó la cabeza volvió a llorar, por primera vez en mucho tiempo entendí sus razones.

¿me perdonas? — puse mi mano sobre su cabeza.
—Talvez—

El día había llegado, las heridas eran solo cicatrices, tenía que tomar pastillas para sentirme mejor de alguna forma funcionaban porque me quitaban el valor de intentarlo otra vez pero aún consideraba la opción de hacerlo. Tres años de mi vida cabían en dos maletas, era triste ver a aquel cuarto tal y como lo encontré cuando llegue hace tres años, lo único diferente eran las marcas de solen las paredes causadas por mis carteles de artistas, pinturas y dibujos que ahora estaban en una de las dos maletas.

El viaje había sido largo, no me despedí de mi hermano, no tuve el valor, solo dejé una nota sobre su cama diciendo:

Gracias por todo. Te quiero. Te llamo cuando llegue.
Atentamente: tu hermanita. —

Eso fue todo lo que me atreví a escribirle, sentí que si le decía algomás terminaría llorando y rogándole que me dejara quedarme. Ahora estaba sentada en la sala de espera del aeropuerto esperando a la Bruja, pasó media hora hasta que apareció, había cambiado, tenía el cabello negro en lugar del rubio artificial que tenía antes, estaba más robusta y los más importante estaba sonriendo como si estuviera alegre de verme. Me abrazó, olía a menta con chocolate, sucabello era suave al igual que su ropa, se sentía algo cálido estar entre sus brazos, me solté cuando me di cuenta de que tal vez no era amor de madre verdadero sino una forma artificial.
Hola, ¿Cómo estuvo tu viaje?— preguntó entusiasta
Largo— conteste
Su cara cambio se dio cuenta de que no quería hablar aún. Al darme la vuelta para levantar una de las maletas, estaba un hombre alto de cabellocastaño, ojos verdes y barba del mismo color de su cabello. Obviamente no sabía quién era hasta que mi madre lo beso en la boca. Se inclinó a levantar las maletas, que en mi opinión pesaban más que yo antes de que pudiera preguntar algo nos presentó. Su nombre era John, era abogado pero decidió dedicarse a lo que más le gustaba, ser carpintero.

La casa estaba en medio del bosque, era de madera,estilo cabaña pero enorme, con grandes ventanas, era de tres pisos, en el primero estaba la sala, la cocina, el cuarto de invitados, el garaje, el taller de John y un baño. En el segundo estaban tres recamaras, y un estudio sin ocupar. Y en el tercero estaba la recamara de la Bruja, un estudio, una sala pequeña y una reducida biblioteca. Era impresionante, yo iba dormir en una de las habitaciones...