Mil y una noches
La fama y el reconocimiento hacia “Las mil y una noches” comenzaron a gestarse por
el año
850
, cuando apareció la versión árabe de un texto anterior de origen persa bautizado como “Mil Leyendas”. Cientos de años después, para ser más exactos en
1704, el arqueólogo francés Antoine Galland cambiaría el idioma original de estos
relatos tradicionales del mundo oriental con el fin de difundirlos en el territorio
europeo.
Aunque, desde su aparición, este clásico de la literatura universal fue dado a conocer
de diversas formas y hasta con pequeñas variantes según la visión de cada traductor,
lo cierto es que el nombre más conocido de esta colección de cuentos árabes del
Oriente Medio medieval, “Las mil y una noches”, surgió durante la Edad Media
basado en la teoría de los grupos matemáticos árabes que asocia al número mil con la
infinidad conceptual. “Mil y una” parece ser una representación de “infinitas”, al
punto de que circulaba el mito de que quien las leyera todas caería en la locura.
En este libro, los textos están encadenados, es decir, una historia lleva a la otra ya
que Scheherezada, la narradora, se ve obligada a utilizar su inteligencia, creatividad y
sabiduría para salvar su vida, aunque sólo sea por un día más
El imaginario árabe, instintivo y exquisito, transita crudamente y sin eufemismo los
relatos, llamando a las cosas por su nombre y no haciendo licenciosa la expresión
natural. Esa crudeza recorre mil y una historias maravillosas plagadas de erotismo,
genios, magos, animales fantásticos, sueños y encantamientos. "El Libro de las Mil y Una Noches" es a veces llamado, con mayor fidelidad al original
árabe "Al laylah wa laylah", el "Libro de las Mil Noches y Una Noche"; los
angloparlantes lo conocen por un título menos sugerente, "Arabian Nights" ("Noches ...
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