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Capítulo 5 Capitán Ahab

Fue después de algunos días de navegación que en la última vez que vi el capitán Ahab. Se puso de pie derecho y alto y parecía noble en la forma. La primera vez que lovi,él estaba mirando hacia la proa del barco con un sentido de propósito y determinación. Me di cuenta de una profunda cicatriz blanca en el lado de la cara que se desarrolló a lo largo de su cuelloy,posiblemente, a todo lo largo de su cuerpo. Tan profundamente se lo cortó en su piel, que de alguna manera parecía natural en él. Era como si estuviera marcado, quizás por un rayo que había dejadosuhuella, pero no pudo. Mátalo, ya que tendría cualquier otro ser humano. Había algo extraño, casi ajeno a su alrededor.

Entonces vi su pierna de marfil. Se movía lentamente sobre ella, pero conpasosfirmes, levantando ligeramente la parte de hueso de ballena con él a cada paso. Él se apoyaba en un agujero de paridad en la cubierta cuando se detuvo. Me recordaba a una estatua de bronce firme yfuerte.Cuando volvió la cara bronceada, degradado hacia mí, vi una expresión de mal humor. Sus ojos miraban con problemas y salvaje.

Nos dirigíamos hacia el sur, lejos del frío de Nantucket Navidadmáscaliente, el clima más suave que se prolongaría por un buen rato. Este cambio del clima trajo Acab en la cubierta más. Una o dos veces me di cuenta de una mirada más tranquila acerca de él, casiunasonrisa. Este tiempo pareció despertar algunos sentimientos suaves escondidos en él. En esos momentos parecía casi ganas de estar en la cubierta, e incluso ayudó a los compañeros cansados ​​detirar de uncable o una línea. Miraban, o han trabajado junto a él en temor y en silencio. Parecían hipnotizados por su presencia grande, de piedra.

Cuando estábamos en torno a Acab, nos dimos cuentade queestaba en el Pequod en el cuerpo, pero que su mente parecía estar en otro lugar. Incluso cuando cenaba con sus oficiales de puente, se comió en silencio sombrío. No esperar que sigan su... [continua]...