Monarquia

La inglesa es una de las monarquías más antiguas y consolidadas de Europa, y la familia del príncipe William, en particular, ya lleva tres siglos en el trono. Conserva todavía, en pleno siglo XXI, un papel simbólico de unidad que hasta los programas cómicos británicos resaltan, respeten o no la investidura real. El año que viene Isabel II –que cumplió el jueves pasado 85 años– celebrará suJubileo de Diamantes: 60 años en el trono. Será la segunda monarca de la historia británica que celebra su aniversario de diamante, después de que la reina Victoria lo consiguiera en 1897. Y no ya su hijo Carlos sino ahora su nieto tiene edad suficiente para hacerse cargo de la corona. 
Sin embargo, la inminente boda de William y Kate –a quien desde la Casa Real se pidió llamar “Catherine” a partir delpróximo viernes– vuelve a poner en debate el tema de la sucesión de la corona. Según un sondeo reciente, un tercio de los británicos desearía que Isabel II abdicara en un plazo de dos años, y un 59% preferiría que fuera Guillermo, segundo en la línea sucesoria, el que la remplazara en lugar de Carlos, heredero desde hace más de 59 años. 
En un país en el que ha habido tres destacadas monarcas,con largos y decisivos reinados en distintas épocas –Isabel I, Victoria e Isabel II– extraña que la ley sucesoria aún prime al hijo sobre las hijas del rey a la hora de la sucesión. La boda de William puso definitivamente sobre la mesa la conveniencia de modificar el acta de establecimiento o Ley de Instalación de 1701. Una reforma que también daría pie a anular la prohibición de que el monarca ola persona con la que se case sean católicos.
El doctor en Historia Contemporánea de la UBA Mariano Eloy Rodríguez Otero reflexionó sobre el rol de la monarquía en el siglo XXI.
 
–Se dice que esta boda real traerá “aires de renovación” a la monarquía inglesa.
–El casamiento de este príncipe con una plebeya en una línea en la que también están Máxima Zorreguieta o Letizia Ortiz –pero que no sonlas únicas– sirve para aggiornar la institución monárquica y acercarla a los súbditos de las nuevas generaciones. Hace sólo 30 años ningún británico hubiera concebido que un príncipe se casara con quien convive desde hace un tiempo. O en el caso de España, que el príncipe de Asturias, Felipe, eligiera a Letizia que era divorciada. No podía entenderse que el heredero del trono juntara su destinoal de alguien con un pasado amoroso. La monarquía subsiste cambiando con los tiempos, pese a decir que es siempre igual a sí misma. 
–¿Por qué es importante para ellos mostrarse flexibles y modernos?
–Todavía existe una ficción del rol de la monarquía en lo simbólico de la unidad británica. Hay varios ejemplos de estos intentos simbólicos. A Carlos, viendo alejársele de sus manos el cetro y lacorona, hace muchos años que le ronda la idea de renunciar a la centenaria jefatura de la iglesia anglicana para intentar proclamarse rey de una Inglaterra multiconfesional (anglicanos, católicos, judíos, hindúes, musulmanes, siks). Así aparecería como un monarca de todas las religiones inglesas. Hay una modernidad que va por esa línea. Es un hecho que las monarquías se modernizan. No será igualesta boda que la de Carlos y Diana. Si hubieran sido entonces flexibles como ahora, es muy probable que Carlos se hubiera casado en primeras nupcias con Camila Parker Bowles, con quien tenía una relación casi pública desde antes de casarse con Diana.
–Tampoco se le realizará a Middleton el tradicional examen de virginidad
–Yo todavía recuerdo a mi madre y a mi hermana levantándose temprano para veren un pequeño televisor blanco y negro el casamiento de Diana con su príncipe azul. Los 30 años que han pasado no sólo cambiaron el televisor, también ciertos ideales supremos, como el de la virginidad. Ahora parece valorarse más la “simpatía” de la novia. Uno de los atributos que se resaltaron de Máxima Zorreguieta, era que se “había conquistado a los holandeses con su risa”. Los herederos de...