obras teatrales
Francisco Pino
SINOPSIS:
El Océano es el drama de un tiempo actual y futuro. Pieza coral donde se impone el destino aceptado de unos seres terminales, en una institución dedicada a facilitar la muerte voluntaria.
La posible regulación social de la eutanasia, su hipotética promoción estatal o en centros de capital privado. El avance técnico ofarmacológico de la medicina paliativa, de la neurología, que pudieran promover un tránsito no traumático, incluso dulce, eliminando acaso el dolor y la angustia. El acceso a otro estado de muerte, la posibilidad de la crionización…
Dignidad, filantropía, servicio social o negocio… Y en el último acto, ante el telón de boca, el ser solo enfrentado a ese último silencio.
Personajes:
Miguel Hombre bien conformado a su tiempo. Personalidad en su acmé.
Celia Poderoso fatum. Imantada a la muerte.
Tomás Demasiado humano, de agua y tierra.
Nora De aire, mas no acaba de alzar el vuelo.
María Ligera, pero no hasta la insignificancia.
Lete Niño regalado que no entiende el silencio.Abdón Ángel de la muerte, o solo hombre.
Julia La que otorga el sosiego y clama en los acantilados.
Emilio Deudor, que vio el cuerpo sumergido.
Juana Mujer que conocerá la ausencia.
Oscar Portador de la palabra.
Antonio Alguien que no sabe qué pasa.
Dos ancianos
Un padre
Un hijo
1. El barco hundiéndose en el agua/1
El escenario vacío, en densa penumbra. Solo una mesa escueta, donde TOMÁS escribe. A su lado CELIA, de pie. Ambos pasan de los setenta y cinco. Aunque seguramente tienen mucha más edad de la que aparentan.
TOMÁS
Es el mar que nos aleja de la tierra firme
que nos lleva hacia losdías sin luz
hacia el color opaco del silencio...
(…) Ah, esta pluma está jodida. Sale la tinta a borbotones, como de una arteria mayor destrozada. Mira: la página se ha convertido en una tremenda sangría azul. Un encadenamiento de dramáticos borrones sucesivos. Como la vida misma. Guardamos la esperanza de que en algún instante cesará el desangrarse; de que el solo acto de escribir acabaráregulando el líquido caudal del sentido. Pero lo que se restaura en un renglón, haciéndonos concebir el espejismo de la salud recuperada, una milésima de futuro más allá torna a descomponerse en un nuevo desastre, un nuevo tachón, una nueva muerte anticipada sobre el papel blanco. Todo se disuelve así en la tinta que otra vez emborrona el espíritu y la letra. Tal vez el hecho absurdo de estarvivos no consista en otra cosa que en un folio emborronado e ilegible. Que finalmente se estruja y se arroja al fuego y se olvida.
(Ha estrujado el folio en una bola que mete en un bolsillo de la chaqueta)
Bueno. Debería haber sido yo el primero en hablar del Océano.
Después de todo, un poeta -y más si es aficionado-
pasa media vida coqueteando con la muerte.
Después de todo, todo es unalarga costumbre literaria.
CELIA
Pero he sido yo la que abrió la caja de los truenos.
Y no hace literatura una mujer dispuesta
a entrar sin retorno en el Océano.
TOMÁS
(Se levanta y le toma la mano)
Yo conocí otro mar, Celia.
Alguna vez te he hablado de eso. Cuando era joven
(porque alguna vez debimos haber sido jóvenes)
escribí un lejano recuerdo infantil. En forma de poema
cómono.
Ahora solo recuerdo el final:
De niños veíamos el barco
hundiéndose en el agua,
anegándose en la nada negruzca.
Era la imagen de una litografía de almanaque
que había en casa de mis abuelos. Debía tener tres o cuatro años. Un mar y un cielo confundidos en la ira de una galerna oscurísima... Y en aquella desatada e increíble violencia
un buque mercante...
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