octavii

Páginas: 8 (1885 palabras) Publicado: 18 de marzo de 2014
MI VIDA CON LA OLA
Octavio Paz
Cuando dejé aquel mar, una ola se adelantó entre
todas. Era esbelta y ligera. A pesar de los gritos de
las otras, que la detenían por el vestido flotante, se
colgó de mi brazo y se fue conmigo saltando. No
quise decirle nada, porque me daba pena
avergonzarla ante sus compañeras. Además, las
miradas coléricas de las mayores me paralizaron.
Cuando llegamos alpueblo, le expliqué que no
podía ser, que la vida en la ciudad no era lo que
ella pensaba en su ingenuidad de ola que nunca ha
salido del mar. Me miró seria: "Su decisión estaba
tomada. No podía volver." Intenté dulzura,
dureza, ironía. Ella lloró, gritó, acarició, amenazó.
Tuve que pedirle perdón. Al día siguiente
empezaron mis penas. Cómo subir al tren sin que
nos vieran el conductor,los pasajeros, la policía?
Es cierto que los reglamentos no dicen nada
respecto al transporte de olas en los ferrocarriles,
pero esa misma reserva era un indicio de la
severidad con que se juzgaría nuestro acto.
Tras de mucho cavilar me presente en la estación
una hora antes de la salida, ocupé mi asiento y,
cuando nadie me veía, vacié el depósito de agua
para los pasajeros; luego,cuidadosamente, vertí
en él a mi amiga.
El primer incidente surgió cuando los niños de un
matrimonio vecino declararon su ruidosa sed. Les
salí al paso y les prometí refrescos y limonadas.
Estaban a punto de aceptar cuando se acerco otra
sedienta. Quise invitarla también, pero la mirada
de su acompañante me detuvo. La señora tomo un
vasito de papel, se acerco al depósito y abrió la
llave. Apenasestaba a medio llenar el vaso
cuando me interpuse de un salto entre ella y mi
amiga. La señora me miro con asombro. Mientras
pedía disculpas, uno de los niños volvió abrir el
depósito. Lo cerré con violencia.
La señora se llevó el vaso a los labios: –Ay, el
agua está salada. El niño le hizo eco. Varios
pasajeros se levantaron. El marido llamó al
Conductor: –Este individuo echó sal al agua.El
Conductor llamó al Inspector: –¿Conque usted
echó substancias en el agua? El Inspector llamo al
Policía en turno: –¿Conque usted echó veneno al
agua? El Policía en turno llamó al Capitán: –
¿Conque usted es el envenenador? El Capitán
llamó a tres agentes. Los agentes me llevaron a un
vagón solitario, entre las miradas y los cuchicheos
de los pasajeros. En la primera estación mebajaron y a empujones me arrastraron a la cárcel.
Durante días no se me habló, excepto durante los
largos interrogatorios. Cuando contaba mi caso
nadie me creía, ni siquiera el carcelero, que movía

la cabeza, diciendo: "El asunto es grave,
verdaderamente grave. No había querido
envenenar a unos niños?". Una tarde me llevaron
ante el Procurador.
–Su asunto es difícil –repitió–. Voy aconsignarlo
al Juez Penal.
Así pasó un año. Al fin me juzgaron. Como no
hubo víctimas, mi condena fue ligera. Al poco
tiempo, llegó el día de la libertad. El Jefe de la
Prisión me llamo: –Bueno, ya esta libre. Tuvo
suerte. Gracias a que no hubo desgracias. Pero
que no se vuelva a repetir, por que la próxima le
costara caro... Y me miró con la misma mirada
seria con que todos me veían.
Esa mismatarde tomé el tren y luego de unas
horas de viaje incómodo llegué a México. Tomé
un taxi y me dirigí a casa. Al llegar a la puerta de
mi departamento oí risas y cantos. Sentí un dolor
en el pecho, como el golpe de la ola de la sorpresa
cuando la sorpresa nos golpea en pleno pecho: mi
amiga estaba allí, cantando y riendo como
siempre. –¿Cómo regresaste? –Muy fácil: en el
tren. Alguien,después de cerciorarse de que sólo
era agua salada, me arrojó en la locomotora. Fue
un viaje agitado: de pronto era un penacho blanco
de vapor, de pronto caía en lluvia fina sobre la
máquina. Adelgacé mucho. Perdí muchas gotas.
Su presencia cambió mi vida. La casa de pasillos
obscuros y muebles empolvados se llenó de aire,
de sol, de rumores y reflejos verdes y azules,
pueblo numeroso y feliz...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS