papelucho misionero
- Es un soberano disparate – decía mi papá.-
- Antes Debes recibirte de bachiller... – los pies de papá casime topaban, paseándose.
- Merecibiré en la escuela. ¡No vas a decirme que piensas ser marino!
Un hijo mío... marino... – clamaba papá.
- Es mi vocación – la voz de Javier sonó con un gallito-. Se trata de mi vida, laque voy a vivir yo. Tengo vocación de marino y debo ser marino.
- Eres todavía un niño- dijo mamá.
- Está equivocada, mamá. Ya no soy un niño. Soy un hombre y sé lo quequiero.
Cuando unosiente lo que yo siento, sabe que es un llamado.
Cada hombre tiene en la vida una misión que cumplir. Para eso nació. Mi misión es ser marino.
- Puedes serlo más adelante...No veo por qué de serahora...
En ese momento mi mamá cambió de postura en el sofá. Fue un desastre. Yo quedé aplastado igual que un chinche en el suelo. Me ahogaba y me dolía todo. Pero mamágritaba más.
Lalevantaron, la sobaron y después se ocuparon del sofá. Me sacaron todo machucado y con la pata pegada a mi dedo.
¡Tenías que ser tú!- chilló papá.
Me mandaron castigado a la cama y,apreté los ojos derabia.
Estaba con mi famoso castigo y puro pensando en la cuestión del “llamado” y de la vocación. Y justo, sonó el teléfono.
¡Es el llamado! – y de un brinco salté de la cama,levanté elfono...y cortaron. Enojado volví a la cama, cuando veo una luz distinta, roja con explosioncitas y olores diabólicos. Ni me acordé del castigo, sino que con fuerza magnética, el imán de......
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