PERDIDAS Y GESTIÓN
Sin lugar a dudas, terminar una relación, bien sea un noviazgo o un matrimonio, es un evento estresante. Y no es paramenos, porque es mucho lo que invierte cada miembro de la pareja en la relación. No solo en lo emocional, sino también muchas veces en lo social e incluso en lo económico. Pero hay un factor que marcala diferencia entre el dolor que es natural e inherente a toda ruptura y el sufrimiento devastador. Este factor no tiene nada que ver con lo que el otro hizo o dejó de hacer, sino que se trata decuán sólidas están las propias bases de amor, autovaloración, autocuidado y compasión hacia uno mismo.
Antes del abandono viene el auto-abandono
Creemos que estamos enamorados. Nuestro corazón seacelera en presencia de esa persona especial, disfrutamos tanto de su compañía y además la química es increíble. Pero, en nombre de ese amor, poco a poco empezamos a dejar de lado nuestras propiasnecesidades y deseos, o por el contrario, empezamos a controlar al otro para que se someta a nuestros propios deseos y necesidades. Y aunque parecen conductas opuestas, en el fondo la motivación es lamisma: buscar que el otro llene un vacío de afecto que nosotros mismos no nos damos.
Este “baile” de controlar o ser controlado puede sostenerse por algún tiempo, y en algunos casos, por muchos años.Pero un buen día, la propia esencia, esa parte sana y auténtica que todos tenemos, lucha por salir. Y entonces, llega el amargo resentimiento o la relación se enfría, deteriorándola hasta el punto enque ocurre lo inevitable… la ruptura.
Exorcizando los demonios
Esa íntima conexión que establecen dos personas las hace, en cierta forma, vulnerables, y por eso, durante una ruptura, muchas vecesse desatan horribles “demonios”, como la inseguridad, la auto-descalificación, la dependencia, el deseo de venganza, el odio o el resentimiento. Paradójicamente, todo este infierno abre la gran...
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