populismo rafael correa
Carlos de la Torre
El gobierno de Rafael Correa forma parte del giro político a la izquierda en la
región (Castañeda 2006, French 2009, Panizza 2005a; Weyland 2009). Como otros
gobiernos de izquierda y centro‐izquierda el régimen de Correa abandonó las políticas
neoliberales, el estado recobró un papel rector en la economía y se incrementó el gasto social para disminuir las desigualdades sociales. Al igual que otros académicos
utilizo la categoría populismo para analizar el liderazgo y el discurso del presidente
Correa y para explicar sus relaciones ambiguas con los movimientos sociales y con la
democracia (Laclau 2006, Panizza 2008, Raby 2006, Roberts 2008). No empleo la categoría de populismo para deslegitimar y estigmatizar a este político sino para
analizar su visión religiosa‐secular‐misionera de la política (Zúquete 2007, 2008). Para
Correa la política es una lucha ética entre el bien y la redención encarnados en su
figura contra enemigos todopoderosos y omnipresentes como la partidocracia, el
imperialismo, los poderes fácticos y el neoliberalismo.
Durante las últimas décadas se dio un renacer de estudios sobre el populismo.1
El populismo ya no es conceptualizado como un fenómeno ligado a una fase histórica
de la región sea esta la transición de la sociedad tradicional a la moderna o la etapa de
industrialización por sustitución de importaciones. El populismo es visto como un
fenómeno político y discursivo que puede aparecer en diferentes coyunturas socioeconómicas. Es así que este fenómeno surgió junto a las políticas neoliberales de
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Para resúmenes recientes sobre los debates conceptuales ver: de la Torre 2000; Freidenberg 2007;
Knight 1998; Laclau 2005; Mackinnon y Petrone 1998; Panizza 2005; Roberts 1995; Weyland 2001. En los
últimos años hay un renacer de publicaciones sobre el populismo en Europa (Zuquette 2007, Mény and Surel 2002; Panizza 2005) y en especial sobre el populismo latinoamericano ( Aibar 2007; Burbano de
Lara 1998; Centro Andino de Acción Popular 2004; Conniff 1999; de la Torre y Peruzzotti 2008; Demmers
et al. 2001; Hermes et al. 2001; Mackinnon y Petrone 1998).
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la década del noventa (Roberts 1995; Weyland 2001, 2003). En los últimos tiempos ha resurgido en su variante radical nacional y los académicos están debatiendo las
continuidades y diferencias de los populismos de Chávez, Correa y Morales con
experiencias anteriores (de la Torre y Peruzzotti 2008, Raby 2006).
Conceptualizo al populismo como 1) un discurso maniqueo que presenta la
lucha entre el pueblo y la oligarquía como un enfrentamiento moral y ético entre el bien y el mal. Debido a que estas categorías son profundamente ambiguas hay que
estudiar quien está incluido en éstas y es necesario explorar el nivel de polarización
social y política producidos por estos discursos. 2) Un líder es socialmente construido
en el símbolo de la redención mientras que sus enemigos encarnan todos los
problemas de la nación. El líder argumenta ser una persona común que ha surgido desde abajo hasta convertirse en una figura extraordinaria. Las ambigüedades del
discurso moral contribuyen a manufacturar a sus enemigos como “portadores de una
serie de características que los transforma en malignos, e inmorales…
independientemente de las acciones que emprendan (Edelman 1998, 67). 3) El
populismo se basa en la movilización desde arriba (Roberts 2008). A la vez que se
abren espacios para la participación popular y para que la gente común presente sus demandas, los intentos de movilización desde el poder pueden chocar con las
organizaciones autónomas de la sociedad civil. 4) El populismo incorpora a sectores
previamente excluidos de la política, pero no respeta las normas y los procedimientos
de la democracia liberal. Rechaza las mediaciones de la democracia representativa y ...
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