Preparatoria
| Hay que recordar aquí que Platón recoge en su pensamiento lo que fue el ideal del hombre griego,ya presente en los textos homéricos y que después se verá reforzado por escritores como Píndaro, Esquilo, Sófocles, Tucídices o Jenofonte. Es el ideal contenido en la expresión "kalos kai agathos", "lo bello y el bien", entendiendo por "bien" también "la verdad", "la libertad" y "la justicia", en una correspondencia etimológica en la que el término "agathos" es utilizado para expresar,indistintamente, cada uno de estos conceptos. A lo largo de la historia de la antigüedad griega, puede corroborarse cuanto aquí se dice, algo recogido por la cultura de occidente a través de Roma, conquistadora de Grecia pero, como los mismos romanos expresaron continuamente, totalmente conquistados por la sabiduría griega y contribuidores de que dicha sabiduría estuviese presente en la Europa occidental. |Hasta Dios | Volvamos al discurso de Platón. Las últimas páginas de El Banquete se refieren a cómo el amor se eleva hacia la contemplación de la belleza suma, que el filósofo identifica con Dios. Así se lee en este diálogo: "Préstame ahora toda la atención de que seas capaz. Quien esté iniciado en los misterios del amor hasta el punto en que estamos, después de haber recorrido en unorden conveniente todos los grados de lo bello, llegado al término de la iniciación, descubrirá de repente una maravillosa belleza, la que era el objetivo de todos sus trabajos anteriores: belleza eterna, increada e imperecedera. […] Si alguna cosa da valor a esta vida, es la contemplación de la belleza absoluta. […] ¿Qué pensar de un mortal a quien le fuera dado contemplar la belleza pura?". Y sigueel filósofo desde esa correspondencia entre belleza, bondad y verdad hasta llegar a identificar la virtud, la famosa "areté" helena, como el camino para ser amado de los dioses (obra citada, páginas 166 y siguientes). |
La admiración cristiana | Es bien sabido que la herencia del mundo griego clásico se instaló fundamentalmente en el oriente alejandrino y que tuvo una gran vigencia enlos primeros siglos cristianos. No es extraño, por tanto, que sean los ortodoxos quienes han elaborado, partiendo del pensamiento griego, una visión bíblica de la belleza. Sin embargo, no quiero dejar de referirme, antes de ocuparme del mundo ortodoxo, a aquel pasaje conocidísimo de San Agustín en el libro X, capítulo XXVII de Las Confesiones: "Tarde os amé, Dios mío, hermosura tan antigua y tannueva; tarde os amé. Vos estabais dentro de mi alma, y yo distraído fuera, y allí mismo os buscaba: y perdiendo la hermosura de mi alma, me dejaba llevar de estas hermosas criaturas exteriores que Vos habéis creado. De lo que infiero que Vos estabais conmigo, y yo no estaba con Vos; y me alejaban y tenían muy apartado de Vos aquellas mismas cosas que no tuvieran ser, si no estuvieran en Vos. Pero...
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