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II PARTE…
EL INICIO
“THAÍS RYOGA”
Una chica asiática, de unos 17 años; deambulaba por las frías calles de la concurrida Cd. De Los Ángeles, California. Sus extraños ojos verde-aquas, rasgados, e hinchados mostraban evidentes huellas de llanto. El rostro desencajado, los labios ensangrentados y la mandíbula lesionada. Thaís caminaba con dificultad, un fuerte dolor oprimía su cabeza, mientrasalgunos temblores se apoderaban de sus manos, recorriendo todo su lastimado cuerpo. Las imágenes iban y venían, acumulándose y revolviéndose en su cabeza. A lo lejos, el sonido de una conocida canción le saco de sus pensamientos. Ricky Martin siempre había figurado en su lista de amados cantantes, en esta ocasión le devolvía la libertad del pensamiento con el sonido de “Come with me”. Thaísreinició la caminata. La música sobrepasaba el ruido de los transeúntes; haciendo que las idas y venidas de varios automovilistas pasaran inadvertidas para la chica, que caminaba con la mirada perdida y evidente aturdimiento.
Un joven alto, moreno obscuro, de origen latino, cuerpo atlético y ojos color miel le sonreía desde el fondo de un pasillo. La imagen perturbaba a la chica, que al tener esavisión paralizaba todos los músculos de su cuerpo presa del pánico y el terror.
En la mansión Ryoga-Smith, los Padres de Thaís daban todo tipo de explicaciones a la policía. Un joven uniformado se acercó para explicarles “Debo advertirles que ya dimos aviso. ¡Es probable que se trate de un secuestro¡ Pero deben mantener la calma.”—La hermosa señora Ryoga-Smith se levantó del cómodo sofá blanco en elque su marido aún se acurrucaba, aferrado a un cojín color marfil. La joven mujer, rubia, de ojos color verde aqua, y larga cabellera se acercó al joven que le miraba con cierta compasión. “William….¡William! dinos lo que sabes… ¡Habla! ¿Tu sabes donde esta? Thaís siempre ha confiado en ti…”—dijo la señora, quien perdiendo la compostura se sumió en un largo trance acompañado de copiosas lagrimas quebrotaban a diestra y siniestra de sus acongojados ojos. William, suspiró y respondió cabizbajo “Señora Ryoga…que mas quisiera yo que ayudarles, pero…Thaís ha cambiado mucho. ¡Desde que sale con Zack, me ha dejado de hablar! Y aún no se si es ese tipo la verdadera razón de su desaparición… para mí, Thaís es como una hermana. ¡Despreocúpese! En cuanto se sepa algo, correré a avisarles.”—Mr. Ryogaexclamó desde su lugar “¡Ese tipejo es un vividor! ¡Es una mala influencia para mi hija!”—dijo, mientras la señora Ryoga se acercaba a él en una clara muestra de amor y apoyo. Sin embargo, frente a ellos un ruido llamó su atención. Todos levantaron la mirada, pero fue la señora Ryoga, la que recibió el mayor impacto. Frente a ella, se presentaba su hija, mas muerta que viva.
En un hotel de malamuerte, Zack limpiaba obsesivamente su cuchillo. Era un ostentoso cuchillo de caza, el que se había ganado cuando hizo el curso de reclutamiento con los marines. La vida de Zack no era fácil, mas bien se podía pensar en una vida cruda, complicada, y mortífera. Una sonrisa retorcida enmarcaba su rostro. Un rostro, que para la mala suerte de mucha gente era agradable, atractivo y sensual. Zack erasumamente guapo, pero mortal. Era el tipo de hombre que sentía la muerte surgir dentro de sus entrañas, y su mayor fantasía era el matar y morir por amor. “Pero… si eso ya lo sabías Thaís. ¿Qué es lo que te extraña? ¡Perra mentirosa! Todas lo son… pero tu…tu tienes algo especial. ¡No creas que las cosas se quedarán así!”—pensaba Zack, mientras sus manos insistían en limpiar la sangre, ahorainexistente del cuchillo.
William reportaba vía telefónica “¡Sí! ¡Gracias! La chica es como mi hermana menor, en verdad le agradezco sus atenciones. Por favor, no descarten la búsqueda de ese maldito infeliz. Ella se ha logrado escapar por pura suerte. Fue un verdadero milagro. En estos momentos estoy en el hospital. Acompañé a la familia, pero téngame en cuenta si requiere apoyo. ¡Por favor!”—dijo...