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DESTRUCCION DE SANTIAGO
Un ataque indígena liderado por el cacique Michimalongo destruyó la recién fundada ciudad de Santiago. Sin embargo, los conquistadores lograron salvarse, gracias a la intervención de Inés de Suárez, la primera española que pisó territorio nacional.
La ejecución de Solier y de sus compañeros produjo el efecto de aquietar a aquéllos que entre los españoles no podían vivirsin tramar conspiraciones y revueltas, debía estimular el levantamiento de los indígenas. Vieron éstos que los conquistadores sobre ser muy pocos, estaban profundamente divididos entre sí, y que no podían sostenerse sino matándose los unos a los otros.
Con la muerte de trece españoles en Cancón, con los dos muertos anteriormente y las cinco ejecuciones de la conspiración, los conquistadores seredujeron a 130. Era un puñado de hombres abandonados a su suerte, en medio de una población indígena hostil.
La exigüidad de su número estimulaba a destruidos. Los síntomas de la rebelión se acentuaron rápidamente y pronto se dio cuenta Valdivia de que iba a ser atacado por la totalidad de los indios de Aconcagua, Santiago y Cachapoal. Había resguardado la agrupación de ranchos que pomposamentebautizara con el nombre de Santiago del Nuevo Extremo con parapetos de palos; y en previsión de un sitio, después de la cosecha del maíz, reunió provisiones suficientes para dos años. 
Valdivia creyó preferible dispersar las concentraciones de indios antes que se reunieran en una sola masa; y se dirigió en primer lugar contra los del valle de Cachapoal que eran los más numerosos. Partió en estadirección, y. reuniendo a los soldados que llevó con los que tema allí Pero Gomez, juntó de noventa a cien hombres entre los cuales se contaban, tal vez, algunos negros horros y esclavos armados con la intención de disolver las concentraciones que empezaban a formarse en ese valle. En Santiago, quedaron treinta y dos jinetes y dieciocho arcabuceros y entre trescientos y trescientos cincuentayanaconas, a las órdenes del teniente de gobernador Alonso de Monroy 
Los indígenas estaban al corriente de todos los movimientos de los españoles, pues cada indio amigo era un espía. Junto con saber el desguarnecimiento de Santiago, resolvieron concluir con los cincuenta españoles que quedaron en la ciudad. A las cuatro de la mañana del domingo 11 de septiembre, los indios empezaron a salir de losbosques vecinos y a acercarse a las empalizadas que defendían el campamento. Los españoles estaban sobre aviso. Santiago de Azoca, que hacía guardia, dio la alarma y los defensores tomaron en el acto el puesto que les habían asignado preventivamente Monroy y el maestre de campo Francisco de Villagra.
Los indios se aproximaban a la empalizada y resguardados por ella contra los disparos de arcabuz,dirigían a los españoles nubes de flechas y de piedras. Aunque éstos no podían percibir los movimientos de los asaltantes en la oscuridad, resistieron con fortuna hasta la llegada del alba. Ahora orientados del sentido del ataque lograron contrarrestado con medidas acertadas; pero su número era muy corto y hacía imposible turnarse para descansar. La pelea siguió con gran encarnizamiento. Laresistencia parecía irritar a los indios, y los españoles no tenían otra alternativa que triunfar o morir. Unos tras otros, iban recibiendo heridas leves o de mediana gravedad. El herido se alejaba un momento del frente para ser vendado con la manga de la camisa o con otro trapo por Inés Suarez, y volvía a su puesto.
Viendo los indios que no lograban vencer la resistencia de los españoles, prendieronfuego a los ranchos de paja. Los defensores no podían apagar el incendio sin abandonar las trincheras, ni los indios se lo habrían permitido. Tuvieron que replegarse a la plaza, y allí continuó el combate con igual furor. Pero Sancho de Hoz salió dé su prisión, arrastrándose penosamente a causa de los grillos, y blandiendo una lanza tomó puesto en la defensa. Advirtiólo Alonso de Monroy; le mandó...