quique hache detective
Recogeremos un puñado de fruta, algunas hojas y lo pondremos todo en un recipiente con agua quepuede ser una pecera, pero también una palangana, un plato hondo o un vaso. Lo colocaremos en un lugar donde no reciba mucho sol directo.
Podemos simplemente observar y disfrutar del proceso quetransformará esa fruta en ranitas o sapitos, pero, generalmente, un naturalista deseará realizar un estudio más profundo y tomar notas del proceso.
Comenzaremos entonces por contar el número de huevosque hemos recogido, y cuántos de ellos llegan a eclosionar. Los que no eclosionan se vuelven grises. Sabremos así el porcentaje de huevos fértiles.
Dividiremos la puesta en dos recipientes quepondremos en un lugar fresco y otro cálido y tomaremos notas independientes en cada uno de ellos. Así veremos la influencia de la temperatura en el desarrollo de los animales. Si tenemos un par de termómetrospodremos llevar un registro más preciso de las temperaturas. Llevaremos también un control de todos los cambios que se producen.
En unos días observaremos que los huevos adquieren forma de coma,pronto su cuerpo de divide en cabeza y cola claramente visibles y salen de la gelatina que envuelve el huevo. En este momento, los renacuajos respiran con branquias externas y aún no se les ha abierto laboca. Cuando se les abre “pastan” las diminutas algas verdes que tapizan las piedras y plantas acuáticas y que se forman de manera natural en las paredes del recipiente si le da un poco el sol.
En...
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