Razonamiento Lógico

Había una vez un hombre muy pobre, el cual pasaba apuros para alimentar a su único hijo Patricio. Patricio le dijo a su padre:
- Padre creo que soy una carga para ti, será mejor que vaya a conseguir un trabajo digno con el cual me mantendré. El padre asintió con gran tristeza pero con orgullo, le dio su bendición y se fue. En esa época el Rey de aquel entonces sostenía una guerra con un imperiomuy fuerte. Patricio se alistó a las fuerzas y partió hacía la batalla. El peligro era enorme, y llovía la muerte; el chico veía caer a sus compañeros de todos lados, y, al caer el general, todos se dispusieron a huir de la escena. Pero Patricio reunió el valor necesario y dijo:
- ¡No dejemos que nos venzan! Alentó a los demás con esas palabras que derrotaron al enemigo. El Rey se entero deque Patricio había hecho esta gran hazaña, qué lo ascendió por encima de todos, le dio riqueza y sabiduría y le concedió el título de “Primero”. El monarca tenía a una hija preciosa e inteligente, pero muy caprichosa. La niña juro que nunca se iba a casar, que no iba a tener a ningún hombre, ni por gusto y complacencia. Había dicho que si su esposo de verdad la quería, si ella moría, que el hombrese enterrara vivo ya que se amarían demasiado. Todos sus pretendientes se asustaban al momento de escuchar esa loca petición; pero impresiono a Patricio más de lo que se imaginaba, que, sin pensarlo un instante, la pidió a su padre.
- ¿Sabes lo que estás haciendo muchacho? -le preguntó el Rey.
- Que debo sepultarme con ella a su tumba, si fallece antes que yo -respondió el chico-.Es muy grande miamor, que no me preocupa en lo mínimo. El rey acepto, y se celebró la boda con gran alegría y pasión.
Ellos vivieron una temporada felices y contentos, hasta que, un día, la joven princesa contrajo cáncer, a la que ningún médico supo hallar remedio. Cuando murió, Patricio recordó la promesa que había hecho. Le horrorizaba la idea de morir enterrado; pero no podía escapar de esa promesa. El Reymando a colocar guardias en todas las entradas del castillo, y era inútil pensar en escapar. Llego el día en que debían de bajar el cuerpo de la princesa, el príncipe fue conducido a ella, y tras él cerraron la puerta de piedra y lodo.
Junto al ataúd de su difunta esposa había una mesa, había cuatro velas, cuatro hogazas de pan y cuatro botellas de vino. Cuando se hubieran acabado aquellasprovisiones, habría de morir de hambre y sed.
Muy triste, comía cada día sólo unas migajas de pan y bebía un sorbo de vino; pero veía que la muerte le pisaba los talones. Vio salir de uno de los agujero de la cripta una rata, que acercaba con gran rapidez en dirección al cadáver. Pensando que venía para morderlo, sacó la espada y exclamó: « ¡Mientras yo esté vivo, no la tocarás!». Y la partió en trespedazos.
Al cabo de un rato salió del mismo agujero otra rata, que enseguida se fue huyendo, al ver a su compañera muerta. Pero regresó a los 10 minutos, llevando en la boca tres sanguijuelas multicolores. Cogió entonces los tres segmentos de la rata muerte y, ubicándolos en cada una de sus partes cortadas, y en vez de succionar, empezaron a darle vida. Inmediatamente quedaron unidos los trozos; elanimal comenzó a moverse, recobrada la vida, y se retiró junto con su compañera. Las sanguijuelas quedaron retorciéndose en el suelo, y al príncipe, que había asistido a aquel milagro, se le ocurrió que quizás las poderosas sanguijuelas que había devuelto la vida a la rata, tendrían la misma suerte sobre las personas. Las recogió con mucho cuidado y aplicó una en la boca de la difunta, y las dosrestantes, en sus ojos. Y he aquí que apenas lo hubo hecho, la sangre empezó a circular por las venas y restituyó al rostro su color normal. Respiró la muerta y, abriendo los ojos, dijo:
- ¡Dios mío!, ¿dónde estoy?, ¿Qué ha pasado?
- Estás conmigo, querida –le respondió el príncipe, y le contó todo lo ocurrido y cómo la había resucitado.
Le dio un poco de pan y vino, y cuando la princesa hubo...