relaciones

Las relaciones sexuales del control social
Una aproximación crítica al control social de las travestis*
 
Por Damián R. Muñoz
 
¿Cómo puede el tilo entrar en discusión con
alguien que le reprocha no ser un roble?
Bertolt Brecht
 
"Si en algún momento de mi vida me recibo
de abogada o médica o lo que sea, entonces
seré ´la travesti abogada´ o ´la travesti médica´.
La condición detravesti es lo primordial."
Lohana Berkins
 
 
I.                    El punto de partida
 
El presente trabajo adopta como punto de partida un interrogante de fácil formulación y, como suele suceder, difícil respuesta. De todos modos, entiendo que la cuestión no debe focalizarse en la solidez conceptual de la conclusión, como tal siempre provisoria, sino en el análisis previo que pueda serutilizado para futuras profundizaciones en torno a la problemática en estudio.
El interrogante es sencillo: ¿el conflicto político que se esconde detrás del control social ejercido contra las travestis puede ser señalado mediante un análisis que se centre en un enfoque de género?
El desarrollo argumental tenderá a responder dicha pregunta que resulta no sólo un planteo conceptual sino tambiénmetodológico. Desde ya adelanto que la respuesta es que sí.
No obstante, esta afirmación deviene, en definitiva, insuficiente. Si bien resulta fundamental un enfoque de género para intentar desnudar el conflicto existente detrás del control social de las travestis. Al mismo tiempo, dicho enfoque evidencia también sus propios límites para avanzar en el análisis[1].
El enfoque de género resulta útilpara plantear, describir y estudiar la cuestión. Sin embargo, a efectos de construir herramientas que habiliten cierta operatividad práctica dicho enfoque –reitero- se torna insuficiente. Es necesario elaborar nuevas herramientas que trasciendan la perspectiva de género.
A partir de aquella conclusión referida a que fue precisamente la irrupción del movimiento feminista uno de los elementos queprovocó la crisis de la criminología crítica (no sólo al ampliar sino también al modificar su objeto)[2], considero que intentar una criminología desde cierto enfoque travesti puede poner en crisis la misma criminología crítica feminista.
Así planteada la perspectiva del trabajo, corresponde realizar algunas consideraciones.
En primer lugar, resulta pertinente señalar la dificultad que, por diversasrazones, implica cualquier abordaje referido a las travestis. Tanto por la escasa bibliografía (sea desde un enfoque de género, sea desde una perspectiva criminológica) como por la carencia de relevamientos estadísticos que puedan dar cuenta de la situación actual de la comunidad travesti[3].
Esta situación que se presenta como déficit referencial puede ser aprovechada, al menos, en dossentidos.
Por un lado, establece un campo de libertad para desarrollar argumentos creativos, sin tener que lidiar con rígidos marcos teóricos que pudieran imponer elaboraciones precedentes. Por el otro, habilita a excusarse de antemano por toda conclusión que pueda parecer prematura. Cualquier análisis tendrá entonces la apariencia de puntapié inicial, esto es, de aproximación a un terreno pocotransitado por su evidente desconocimiento.
El trabajo pretende cierto anclaje en la intersección de los discursos de género y  de la criminología crítica. Así como la criminología debió abandonar el paradigma etiológico para hacer foco en la reacción social, una aproximación al control social de las travestis debe dar cuenta de los distintos discursos e interpretaciones que se construyen para clasificary jerarquizar las distintas sexualidades.
Lo contrario importaría cierta recaída al partir del interrogante: ¿qué es una travesti?, lo que deviene tan absurdo como aquella (¿desterrada?) pregunta: ¿qué es un delincuente? El desarrollo argumental descartará cualquier análisis tanto esencialista como etiológico[4].
En el buceo de dispositivos que pretenden proteger un “orden natural”, puede...