RESEÑA: A UNA PROFESIÒN LIBERAL, UNA EDUCACIÒN LIBERAL

RESEÑA: A UNA PROFESIÒN LIBERAL, UNA EDUCACIÒN LIBERAL


El autor de este documento titulado “A una profesión liberal, una educación liberal”, el doctor Roberth Uribe, llama la atención en su escrito acerca de la importancia de la autonomía en la formación jurídica. Es una exhortación a docentes y estudiantes de derecho para que vivan el proceso de enseñanza aprendizaje en lo jurídico acordecon la naturaleza liberal de la profesión.

La gran paradoja que se vive en las facultades de derecho es que, siendo el derecho una profesión de las denominada liberal, la educación del abogado, es decir, la formación jurídica es a menudo desarrollado bajo modelos pedagógico rígidos, casi dictatoriales, en los que todo le viene impuesto a los estudiantes. Se impone desde los mismos contenidosde la enseñanza, que comprende básicamente los vetustos problemas jurídicos, hasta la metodología y didáctica de enseñanza; incluso llega a estereotiparse de tal manera la profesión jurídica que los abogados terminan todos actuando de la misma manera, así como se lo enseñaron en la facultad de derecho sus muy respetados y honorables docentes.

La gran pregunta que se plantea es la consistenciaontológica del concepto de profesión liberal. Comúnmente se entiende que están dentro de las denominadas profesiones liberales la medicina, la contaduría pública, la odontología, el derecho, entre otras.
Los diccionarios por ejemplo, definen las profesiones liberales como aquellas en las que el trabajador no es un empleado de una empresa, sino que entabla una relación mercantil directamente consu cliente. Es el caso de algunos médicos, abogados, asesores, arquitectos, etc.
El origen de esta denominación, en la Edad Media y el Antiguo Régimen, está en la consideración social distintiva de estas profesiones frente a los oficios viles y mecánicos. Las profesiones liberales estaban liberadas del trabajo manual; su ejercicio dependía del estudio y de las normas académicas de la universidadmedieval. Recibían también la denominación de artes liberales, ámbito del que a partir del renacimiento se derivaron también las denominadas bellas artes; todas ellas distinguidas de las artesanías.
Pues bien, siendo el derecho una profesión liberal, es decir, aquella actividad académica profesional en la que el profesional se relaciona directamente con su cliente mediante un contrato deprestación de un servicio profesional, ¿por qué no se educa al abogando en este sentido?, ¿por qué no se ejercita la autonomía académica para que el estudiante de derecho se prepare para vivir la autonomía profesional? Esta es la gran pregunta y la gran paradoja de la formación jurídica; mientras que la misma esencia del derecho exige una defensa connatural por los derechos individuales y las garantíasde la autonomía en todas las dimensiones de la existencia humana, las facultades de derecho parecen pequeños estados autoritarios en los que el poder lo ostenta una organización política dictatorial de extrema derecha.

La misma actividad interpretativa en lo jurídico ha sido muestra y producto de esta situación. El siglo decimonónico al rendir un excesivo culto a la ley no dejó espacio a unalibre interpretación de la misma. El operador jurídico y más concretamente el juez se limitaba a ser la boca por la que se pronunciaba la Ley en términos del barón de Montesquieu. La escuela de la exegesis, la mayor exponente de este pensamiento jurídico no daba espacio a una interpretación de la ley más o menos discrecional. SE consideraba que interpretar se reducía a descubrir el sentido innatoy natural del espíritu de la ley. Esa era una concepción metafísica del derecho que consideraba este como preexistente, eterno e inmutable. Què decir de la concepción anterior al siglo XIX; en los estados absolutistas la Ley se reducía a los preceptos reales; lo que dijera el rey era la ley, y menos que cabía interpretación alguna. Hoy se ha avanzado en el tema de la interpretación, al menos se...