Resumen Del Monte De Las Anima-Gustavo Adolfo Becquer

El Monte de las Ánimas
-¡Demos vuelta a la ciudad! La noche se acerca, es Día de Todos Santos y estamos en el Monte de las Ánimas.
-¡Tan pronto!
-Dentro de poco sonará la oración de los templarios, y las ánimas de los difuntos comenzarán a tañer su campana en la capilla del monte.
-¡En esa capilla ruinosa! ¡Bah! ¿Quieres asustarme?
-No, hermosa prima. Ignoras cuanto sucede en este país, peroyo te contaré la historia.
Los pajes se reunieron en grupos. Los condes de Borges y Acudiel montaron sus caballos, siguiendo a sus hijos Beatriz y Alonso.
En el camino, Alonso le narró la historia:
-Ese monte que hoy llaman de las Ánimas pertenecía a los templarios, que eran guerreros y religiosos a la vez. El Rey los hizo venir de tierras lejanas para defender la ciudad por la parte puente,lo cual fue un agravio a los nobles de Castilla. Entre los miembros de la poderosa orden y los hidalgos de la ciudad nació un odio profundo. Los segundos determinaron organizar una batalla en el monte. Fue una batalla espantosa: el monte quedó sembrado de cadáveres. El Monte se declaró abandonado, y desde entonces dicen que cuando llega la noche de difuntos se oye doblar sola la campana de lacapilla, y que las ánimas de los muertos corren como en una cacería. Por eso en Soria le llamamos el Monte de las Ánimas.
El relato de Alonso concluyó cuando los dos jóvenes llegaban al extremo del puente que daba paso a la ciudad; allí esperaron a la comitiva.

La chimenea gótica del palacio de los condes de Acudiel despedía un vivo resplandor, iluminando algunos grupos de damas y caballeros queconversaban. Solo dos personas parecían ajenas a la conversación: Beatriz y Alonso. Beatriz miraba pensativa las llamas; y Alonso la miraba a ella. Ambos guardaban profundo silencio.
-Hermosa prima-exclamó al fin Alonso, rompiendo el silencio-, pronto nos separaremos, tal vez para siempre; sé que Castilla no te gusta, te he oído suspirar varias veces, acaso por algún galán de tu lejano señorío.Beatriz hizo un gesto de fría indiferencia.
-Al separarnos, quisiera que llevases una memoria mía-dijo Alonso- El joyel de mi gorra cautivo tu atención. ¡Qué hermoso estaría sujetando un velo sobre tu oscura cabellera! ¿Lo quieres?
-No sé en el tuyo-contestó Beatriz-; pero en mi país una prenda recibida compromete una voluntad. Solo en un día de ceremonia debe aceptarse un presente de manos de undeudo.
El acento helado con qué Beatriz pronunció estas palabras turbó un momento al joven que dijo con tristeza:
-Lo sé, prima; pero hoy día se celebran Todos los Santos, es día de ceremonias y presentes. ¿Quieres aceptar el mío?
Beatriz mordió ligeramente los labios y extendió la mano para recibir la joya, sin añadir palabra.
Los dos jóvenes se quedaron de nuevo en silencio; al cabo de unosminutos, Alonso habló:
-Y antes que concluya en Día de Todos Santos, puedes dejarme un recuerdo, ¿no lo harás?-dijo con la mirada en la de su prima que se ilumino por un pensamiento diabólico.
-¿Por qué no?-exclamó Beatriz, llevándose la mano al hombro derecho como para buscar alguna cosa entre los pliegues de su ancha manga de terciopelo-¿Te acuerdas de la banda azul que llevé hoy a lacacería?
-Sí.
-Pues… ¡se ha perdido! Se ha perdido, y pensaba dejártela como un recuerdo
-¡Se ha perdido! ¿Dónde?-preguntó Alonso, incorporándose de su asiento con una indescriptible expresión de temor y esperanza.
-No sé…En el monte, acaso.
-¡En el Monte de las Ánimas!-murmuró palideciendo y dejándose caer sobre el sitial-Tú lo sabes, en toda Castilla me llaman en rey de los cazadores. Otra nochevolaría por esa banda; y, sin embargo, esta noche… ¿a qué ocultártelo?, tengo miedo. Las campanas doblan, la oración ha sonado en San Juan del Duero, las ánimas del monte comenzarán ahora a levantar sus amarillentos cráneos de entre las malezas que cubren sus fosas… ¡Las ánimas!, cuya sola vista puede helar la sangre del más valiente.
Mientras el joven hablaba, una sonrisa imperceptible se...