Revoluci N De Mayo
de 1810 en la ciudad de Buenos Aires, capital del Virreinato del Río de la Plata,
dependiente del rey de España, y que tuvieron como consecuencia la deposición del
virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros y su reemplazo por la Primera Junta de gobierno.
Los eventos de la Revolución de Mayo se sucedieron durante el transcurso de la Semana
de Mayo, entre el 18 de mayo, fecha de la confirmación oficial de la caída de la Junta
Suprema Central, y el 25 de mayo, fecha de asunción de la Primera Junta.
La Revolución de Mayo inició el proceso de surgimiento del Estado Argentino sin
proclamación de la independencia formal, ya que la Primera Junta no reconocía la autoridad del Consejo de Regencia de España e Indias, pero aún gobernaba
nominalmente en nombre del rey de España Fernando VII, quien había sido depuesto por
las Abdicaciones de Bayona y su lugar ocupado por el francés José Bonaparte. Aun así,
dicha manifestación de lealtad, conocida como la máscara de Fernando VII, es
considerada una maniobra política que ocultaba las intenciones independentistas de los revolucionarios. La declaración de independencia de la Argentina tuvo lugar
posteriormente durante el Congreso de Tucumán el 9 de julio de 1816.
Causas externas
La declaración de Independencia de los Estados Unidos en 1776 inspiró movimientos
similares en las colonias españolas en América.
La declaración de Independencia de los Estados Unidos en 1776 de Gran Bretaña sirvió como un ejemplo para los criollos de que una revolución e independencia en
Hispanoamérica eran posibles. La Constitución estadounidense proclamaba que todos los
hombres eran iguales ante la ley (aunque, por entonces, dicha proclamación no
alcanzaba a los esclavos), defendía los derechos de propiedad y libertad y establecía un
sistema de gobierno republicano.
A su vez, desde finales del siglo XVIII se habían comenzado a difundir los ideales de la
Revolución francesa de 1789, en la cual una asamblea popular finalizó con siglos de
monarquía con la destitución y ejecuciones del rey de Francia Luis XVI y su esposa María
Antonieta y la supresión de los privilegios de los nobles. La Declaración de los Derechos
del Hombre y del Ciudadano, cuyos principios eran "Liberté, égalité, fraternité", en español "libertad, igualdad, fraternidad", tuvo una gran repercusión entre los jóvenes de la
burguesía criolla. La Revolución francesa motivó también la expansión en Europa de las
ideas liberales, que impulsaban las libertades políticas y económicas. Algunos liberales
políticos influyentes de dicha época, opuestos a las monarquías y al absolutismo, eran Voltaire, JeanJacques Rousseau, Montesquieu, Denis Diderot y Jean Le Rond
d'Alembert, mientras que el principal representante de la economía liberal era Adam
Smith, autor del libro La riqueza de las naciones que proponía el libre comercio.
La coronación en España de José Bonaparte sembró dudas sobre la legitimidad de la
autoridad virreinal.
Aunque la difusión de dichas ideas estaba muy restringida en los territorios españoles, pues no se permitía el ingreso de tales libros a través de las aduanas o la posesión no
autorizada, igualmente se difundían en forma clandestina.
Las ideas liberales alcanzaron incluso al ámbito eclesiástico, Francisco Suárez sostenía
que el poder político no pasa de Dios al gobernante en forma directa sino por intermedio
del pueblo. Éste sería entonces, de acuerdo con Suárez, el que posee el poder y lo delega en hombres que manejan al estado y si dichos gobernantes no ejercieran
apropiadamente su función de gerentes del bien común se transformarían en tiranos y el
pueblo tendría el derecho de derrocarlos o enfrentarlos, y establecer nuevos
gobernantes.[1]
En Gran Bretaña, mientras tanto, se inicia la revolución industrial, y para satisfacer ...
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